¿Por qué el sector de la educación debe tomarse en serio el tamaño de la pantalla?

José Pereira, Product Manager de Epson Ibérica

Publicado el 08 Mar 2017

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Según la Organización Mundial de la Salud, el 80% de los materiales educativos se recuerda cuando se transmite a través de medios visuales y el 90% cuando se hace a través de clases interactivas, en comparación con una retención de tan solo el 25% en el caso de las clases orales tradicionales. Como resultado, las tecnologías de comunicación visual están revolucionando la enseñanza en escuelas y universidades. Pero, a medida que va perdiendo relevancia el sistema tradicional de educación y aumenta la digitalización en general, también lo hace el impacto negativo sobre la salud ocular. De hecho, ha habido un aumento drástico de la miopía entre la mitad de los jóvenes europeos: el doble que hace 50 años.

Sin embargo, a pesar del vínculo establecido entre el uso de pantallas y la salud ocular, muchos centros de enseñanza hoy en día siguen sin tener la información adecuada sobre el uso de la pantalla apropiada.

¿Pantalla plana o proyector?

Cuando los centros de enseñanza se plantean adaptar sus aulas para el aprendizaje por pantalla, hay principalmente dos opciones de tecnología: pantallas planas y proyectores. De los dos, los proyectores son actualmente la tecnología con mayor penetración, pero algunos centros están adoptando las pantallas planas, ya que les resultan familiares y parecen más sencillas. Sin embargo, un estudio ha demostrado que el 58% de los alumnos no son capaces de leer todo el contenido que aparece en una pantalla plana de 70 pulgadas y, el no ver lo que te están tratando de enseñar, es sin duda perjudicial para el aprendizaje y supone una presión innecesaria para la vista. A pesar de ello, sigue sin establecerse una normativa a nivel europeo que controle el uso de esta tecnología en el aula o asegure que lo que se haya instalado sea visible para todos los alumnos de la clase y, por tanto, sea adecuado para su objetivo final.

Por otra parte, los proyectores suponen una alternativa mucho más responsable y flexible para el entorno educativo, ya que proporcionan tamaños de pantalla mayores y escalables hasta las 100 pulgadas en el caso de los proyectores interactivos.

“Los métodos de aprendizaje de hoy en día ya no son unidireccionales”

Es más, los proyectores que se comercializan actualmente están increíblemente avanzados. Entre otras prestaciones, ofrecen un magnífico rendimiento a plena luz del día con una elevada luminosidad de color, además de incorporar conectividad que permite la interacción BYOD (‘trae tu propio equipo’), tecnología táctil interactiva e imágenes de mayor tamaño sin distorsión. Además, son más portátiles y ocupan mucho menos espacio que una pantalla plana cuando no están en uso.

Tecnología que da vida al aprendizaje

Desde Epson, como compañía líder en el sector de los vídeo proyectores desde hace más de 13 años y tras trabajar estrechamente durante este tiempo con numerosos colegios, universidades y centros de formación, sabemos cómo afecta la visión de la información y las imágenes proyectadas a la comprensión y posteriores resultados del aprendizaje.

Como parte de nuestros esfuerzos en RSC, Epson trabaja constantemente por ‘exceder los límites’ para garantizar que sus productos satisfagan realmente las necesidades del usuario. En este sentido, somos conscientes de la necesidad de asesoramiento, por lo que Epson trabaja con partners seleccionados para asegurarse que los centros que apuestan por nuestra tecnología tienen el producto adecuado para sus objetivos. Esto garantiza que el contenido proyectado no sea demasiado pequeño, se reproduzca en alta calidad y sea claramente visible, teniendo en cuenta la distancia y el ángulo de visualización desde la pantalla.

Los métodos de aprendizaje de hoy en día ya no son unidireccionales, donde una sola persona hace una presentación al resto de estudiantes. En su lugar, ahora los estudiantes también hacen presentaciones a otros estudiantes usando pantallas que les permiten trabajar en colaboración en un grupo más amplio. Por lo tanto, las aulas requieren un proceso de planificación para facilitar la integración adecuada de esta tecnología.

Directrices para un uso adecuado de la pantalla

Es importante evaluar las necesidades y las limitaciones del entorno (el tamaño de la sala, el número de personas que usan la tecnología, etc.) y, aunque no haya vigente ninguna legislación en la materia, actualmente hay varios principios que pueden servir de guía para maximizar la capacidad de aprendizaje y minimizar el impacto en la vista de los alumnos.

Según las directrices establecidas por la Universidad de Gales del Sur en su informe titulado Directrices para el espacio de enseñanza y el ámbito audiovisual:

  • La parte inferior de la pantalla debe estar, al menos, a 1,2 metros desde el suelo.
  • La distancia mínima entre la primera fila y la pantalla debería ser dos veces la altura de la pantalla.
  • El ancho mínimo de pantalla debe ser igual a la distancia entre la persona más cercana y la pantalla
  • Se considera que el ángulo máximo de visión horizontal y vertical es de 45º grados y 30º grados, respectivamente.

Como informa la empresa de investigación The Smart Cube, numerosos factores entran en juego a la hora de determinar el tamaño de la pantalla necesario, incluida la altura del techo, la longitud y el ancho de sala, el aforo y el presupuesto disponible. Evidentemente, esto afecta a la elección de compra entre proyectores y pantallas planas. Y aunque no hay estándares universales reconocidos, no se puede cuestionar que cuanto mayor sea la pantalla, más probable es que la información se vea de manera más clara y, por tanto, la audiencia retenga y comprenda mejor el contenido. En consecuencia, el sector educativo, con el fin de propiciar el máximo aprendizaje posible y un impacto mínimo sobre la salud, debería priorizar siempre la instalación de proyectores en lugar de pantallas planas.

Por lo tanto, cuando se trata de comunicación visual y aprendizaje colaborativo e interactivo, el tamaño de la pantalla sí importa.

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Redacción Computing

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