Windows 11: ¿Actualizar o renovar?

Pedro González, desarrollador de negocio de Kingston en España.

Publicado el 09 Nov 2021

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La tecnología es un campo que se caracteriza por una innovación constante y en el que las nuevas técnicas, herramientas o soluciones que surgen van sustituyendo, complementando o mejorando las ya existentes. Segmentos revolucionarios como el internet de las cosas (IoT), la inteligencia artificial (AI) o los microchips, tienden a estar, en ocasiones, fuera del foco por otras actualizaciones.

Prueba de ello es el reciente lanzamiento de Windows 11, la nueva versión del famoso sistema operativo, que vira hacia los gamers con nuevas funciones que mejorarán ese aspecto, como el DirectStorage, una tecnología que permite transmitir los datos de la SSD directamente a la tarjeta gráfica, saltándose la CPU y sus, a veces, engorrosos cuellos de botella. Esta función también estará disponible para Windows 10, por lo que los usuarios que aún no puedan actualizar su SO podrán disfrutar también de esta nueva faceta. Windows 11 también incorporará un auto ajuste de gráficos a mejor, gracias a la tecnología Auto HDR.

Sin embargo, también han surgido algunos desafíos con esta actualización como la obligatoriedad de tener TPM 2.0 en el ordenador para poder instalarlo. TPM significa “Trusted Platform Module”, denominado el Módulo de Plataforma de Confianza en castellano, es un término, quizás desconocido para muchos pero que ahora estará mucho más presente. Se trata de un criptoprocesador que asegura el ordenador a nivel hardware, previniendo ataques gracias a una llave criptográfica. Es un paso más allá de Windows para luchar contra los ciberataques, esta vez a nivel hardware, para completar la seguridad software.

Exigencias de equipo

Esto se une a otros requerimientos, que, si bien no son imposibles de alcanzar, limitan a usuarios que no puedan cumplir todos y por lo tanto no podrán disfrutar del nuevo sistema operativo de la compañía americana. En cuanto al procesador, es necesario tener 1 GHz con 2 núcleos y 64 bits, por lo que los compatibles serán Intel Core de 8ª generación en adelante y los AMD Zen+.

Otras exigencias son una memoria de RAM de 4 GB, algo con lo que prácticamente cualquier gamer cuenta, ya que las configuraciones actuales más comunes son con 16 GB, algo óptimo para poder usar casi cualquier juego con resolución y FPS altos. En cuanto al almacenamiento, tendrá que ser de, al menos, 64 GB, ya que la actualización ocupa 50 GB. En este punto hay distintas opciones, discos HDD o SSD (y dentro de estos los SATA o NVMe), pero con las nuevas funcionalidades que incluye el SO, como hemos comentado antes, el DirectStorage, es recomendable usar un SSD NVMe.

Microsoft 365, tu sistema operativo ahora en la nube

También cabe mencionar el lanzamiento de Microsoft 365 (evolución de Office 365), la herramienta de Microsoft para ubicar su sistema operativo en la nube. Se podrá usar en dispositivos Apple, Android o Linux ya que únicamente necesitan un navegador para poder usarlo Tendrá mejoras en seguridad y estará enfocado principalmente para empresas, aunque los usuarios particulares también podrán disfrutar de él. Este producto parece ser el futuro a donde se dirige la tecnología, la nube, más aún después de la experiencia “pandémica” y de la implantación del teletrabajo en muchas compañías.

Teniendo todo esto en cuenta, ¿es realmente rentable la actualización en este momento, o podemos esperar unos meses a nuevas mejoras? Si tenemos un equipo que cumple con los requisitos previamente explicados, tenemos opción de actualizar, ya que nos dará varias ventajas con respecto a Windows 10, tanto de seguridad como a nivel de funcionalidad para usuarios y empresas. Mejorar nuestro equipo es otra opción si flaqueamos en alguno de los requerimientos para poder optar así a esta actualización del sistema.

Es cierto que el sistema TPM 2.0 no es algo con lo que cuenten todas las empresas y usuarios, pero si es lo único que nos aleja de la actualización, es una inversión productiva, ya que, aparte de mejorar la seguridad, puede ser un activo que tengamos que tener en actualizaciones venideras, incluso de otros sistemas operativos.

La tecnología evoluciona a un ritmo vertiginoso, y es por ello que debemos intentar no quedarnos atrás en las numerosas mejoras y la llegada de Windows 11 promete muchas con la llegada de un nuevo modelo de trabajo y de consumo, con la introducción de Microsoft 365, que permitirá tener un mundo más descentralizado y abierto.

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Redacción

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