La digitalización ya no es una opción, sino un proceso de adaptación al que tiene que someterse toda empresa que quiera sobrevivir en el entorno actual. Muchas empresas europeas ya se encuentran sumidas en un profundo proceso de transformación digital, por el cual están actualizando sus departamentos y sus procesos para alcanzar una madurez digital que les permita optimizar costes y aumentar su productividad. De hecho, IDC prevé que el gasto mundial en tecnologías de transformación digital será de más de 1,2 billones de dólares en 2017, un 17,8% más que 2016.
Una de las consecuencias directas de la digitalización es que el entorno empresarial es cada vez más volátil. IDC define la transformación digital como “un proceso continuo por el cual las empresas se adaptan o impulsan cambios disruptivos en sus clientes y mercados (ecosistema externo) aprovechando las competencias digitales para crear nuevos modelos de negocio, productos y servicios”. Pero en los procesos de trasformación digital, a pesar del apodo “digital”, hay mucho más que tecnología, pues esta evolución afecta a empresas de cualquier tamaño y a nivel individual, social y organizacional. En este nuevo escenario digital tan cambiante, donde la competencia es cada vez más intensa e impredecible, las empresas tienen que adaptarse a los cambios de su mercado y de sus clientes proactivamente y tomar medidas que ayuden a optimizar sus modelos de negocio y a aumentar sus ingresos.
En este contexto empresarial las empresas necesitarán establecer relaciones sólidas con sus stakeholders lo más rápido posible
En este contexto empresarial las empresas necesitarán establecer relaciones sólidas con sus stakeholders lo más rápido posible. En este sentido, las nuevas opciones que ofrece la tecnología moderna ayudan a acortar distancias geográficas a la hora de establecer relaciones empresariales duraderas porque permiten a personas que se encuentran en diferentes puntos del planeta mantener una conversación cercana y productiva. Las empresas que apuestan por canales de comunicación digitales, como los chats o las videoconferencias, pueden mantener relaciones de colaboración rápidas, sólidas, fiables con diferentes stakeholders sin necesidad de encontrarse físicamente en el mismo lugar.
Impulsados por las nuevas tecnologías, los nuevos canales de comunicación digitales favorecen la colaboración entre profesionales de diferentes departamentos, filiales o empresas, gracias a opciones como las de ‘compartir pantalla’ para trabajar en tiempo real a distancia. A largo plazo esto conlleva grandes beneficios para las empresas, pues podrán reducir gastos, agilizar operaciones e incluso expandirse a nuevos mercados sin necesidad de abrir espacios físicos. También dispondrán de mayor eficiencia operativa y podrán optimizar la fuerza de trabajo.
La colaboración a través de herramientas digitales está transformando no sólo los procesos de negocio en sí, sino también la forma de trabajar de las empresas. La inclusión de medidas de colaboración en línea en las empresas permitirá que un grupo de profesionales heterogéneo pueda trabajar de manera conjunta, aunque cada uno de ellos lo haga desde lugares del mundo diferentes. Además, los horarios de oficina tradicionales de 9:00h a 17:00h se sustituirán por nuevas horarios más flexibles y adaptados a los requerimientos de cada profesional. Y no se trata de una moda efímera o de un aspecto que afecta solamente a los freelancers; se trata de una nueva tendencia laboral que ayudará a los empleados a tener un horario más flexible, y por tanto, a mejorar su calidad de vida notablemente. Es posible que en un futuro no muy lejano la conciliación familiar y laboral deje de ser una utopía y se convierta en algo factible para gran parte de los europeos.
