Lectura navideña: ¿En que se parecen los partidos políticos a las TIC?

La proverbial desidia política en torno a las Tecnologías de la Información ha sido una de las constantes que se ha recrudecido en este año de desgobierno en funciones

Publicado el 23 Dic 2016

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Con la celebración de las elecciones en julio, se ordenó la suspensión sine die de los proyectos TI de la AAPP. De nuevo, una huida hacia delante que constata esa percepción de que política y tecnología son mundos paralelos que no convergen. Pero sin saberlo, los propios partidos políticos son la metáfora viva de lo que está aconteciendo en las tecnologías y de sus repercursiones en las propias organizaciones. Un juego alegórico que se permite quien firma con riesgo de caer en lo irrisorio. En la gran cuenta conviven sistemas arcaicos -que se reúnen bajo la etiqueta del legacy-, normalmente centralizados y que cumplen con robustez unos cometidos definidos, pero no son aptos para afrontar nuevos retos digitales que vienen de la mano de la movilidad y el mundo cloud. ¿No les suena cierta similitud con los partidos que se han dado en llamar ‘de la casta’, que integran el bipartidismo que viene dominando desde 1978? Asociaciones con estructuras muy definidas y sin cintura, centralizadas y jerarquizadas con sistemas operativos (‘idearios’) rígidos. Son partidos con legado. Por un lado, el PP concentra la herencia de la derecha tradicional y el PSOE recoge la tradición de la lucha sindicalista obrera. Conceptos que en estos tiempos disruptivos y de crisis, los millennials no parecen reconocer como suyos, más cercanos a las redes sociales que a los SMS. La digitalización, el mundo colaborativo y la movilidad han abierto la puerta a una nueva concepción del mundo; menos vertical, más líquida, donde el poder se asienta en el individuo y en su capacidad de interactuar en grupo. Ya no son tan importantes los grandes líderes, sino que la riqueza está en compartir y en ser capaces de modificar la realidad. Esas mismas aspiraciones acompañan a los nuevos partidos surgidos fuera del concepto legacy: movilidad, participación, nuevos sginificados de la propiedad y del consumo… son sus señas de identidad. La misma filosofía del cloud computing encaja como anillo al dedo con esta visión más plural. Podemos (y, en menor grado, Ciudadanos) quiere representar esa nueva visión coral que permiten las nuevas tecnologías, donde las decisiones se toman en los niveles más bajos. Los centros de poder son más dispersos, lo que por otro lado complica las cosas a la hora de alcanzar acuerdos de alto calado, pero constituyen un rompeolas teórico contra el abuso de poder.

La misma filosofía del cloud computing encaja como anillo al dedo con esta visión más plural

La crisis del PSOE se explica en términos digitales, en la lucha de estas dos fuerzas contrapuestas que no han sabido congeniar el modelo Bimodal TI, que tan bien conocen muchos CIO. Al final se impuso el criterio de la gestora frente a la de las bases, con serio riesgo para la credibilidad y estabilidad de su entorno operativo. Pese al desgaste de cuatro años y pico en el Gobierno, el PP mantiene férrea su cultura de poder y hace oídos sordos de los ataques virales de la corrupción y los nacionalismos. Por desgracia, nuestros partidos tienen el no como premisa, solo buscan aniquilar al rival. Reniegan de ideas como la innovación abierta o la cooperación entre contrarios que podrían enriquecer el debate político. En la nueva legislatura, la fragmentación del parlamento les obligará a negociar y a trabajar con sus antagonistas en la misma dirección. No tienen más remedio que ser compatibles, como la misma tecnología.

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Rufino Contreras
Rufino Contreras

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