Un día en la nube de la mano de un director de Tecnología

María José Miranda, Directora General de NetApp Iberia.

Publicado el 10 Oct 2017

María José Miranda, Directora General de NetApp Iberia

David Ata comienza el día como lo hacemos la mayoría: mirando las alertas en su teléfono. David es Director de Tecnología de una gran empresa global de servicios financieros y se pasa la mayor parte del día en la nube. Tal vez incluso sin saberlo.

Antes incluso de tomarse el primer café, David ya ha enviado un mensaje a su familia dándoles los buenos días, ha seguido su actividad en Twitter, Facebook e Instagram y ha consultado las últimas noticias en sus medios online preferidos. Como cada semana, mientras se prepara para comenzar el día, David utiliza su teléfono para comprar el billete que lo llevará de la ciudad a su casa de campo para pasar el fin de semana. Después de terminar el desayuno, David se sienta a mirar su correo y la evolución de la Bolsa, tomando nota de cualquier posible cambio de tendencia respecto a la jornada anterior y planteándose la catástrofe que ocurriría si los registros de las transacciones financieras se perdieran sin posibilidad de recuperación…

A primera hora del día, David descubre que un gran banco estadounidense ha adquirido un banco europeo, provocando un posible vuelco en el mercado que, sin duda, se traducirá en un torrente de correos electrónicos en su bandeja de entrada. Aunque ya venían oyéndose rumores de una posible adquisición, la noticia se ha producido de forma muy repentina, lo que significa que David y su equipo no están totalmente preparados para reaccionar ante la situación. Varios compañeros de trabajo le han escrito pidiéndole datos para presentar a sus clientes, para ilustrarles en las posibles repercusiones de la nueva situación para su negocio. Será necesario contar con información detallada sobre la adquisición, por lo que David procede a guardarla en los sistemas de su compañía.

David comprueba su calendario y ve que se ha fijado una reunión de urgencia a primera hora del día, en el extremo opuesto de la ciudad. Como suele haber muchos atascos a primera hora, cuenta con un amplio repertorio de aplicaciones de planificación de viajes, por lo que abre una para dar con la ruta más eficiente para llegar a la reunión. Pronto, recibe un sinfín de alertas sobre retrasos considerables, por lo que David opta por ir en Metro y se dispone a salir.

De camino a la primera reunión, David se pone en contacto con colegas de todo el mundo, para reunir tantos datos como le resulte posible. Finalmente, opta por crear una conferencia para informar a todos de la situación al mismo tiempo, enviando una invitación de Skype a todos los participantes.

De camino a la oficina, David decide reproducir música mediante un popular servicio de streaming. Al iniciar sesión, recibe un mensaje de que se ha producido un problema con el almacenamiento en la nube de la compañía y que los datos de su cuenta se han perdido. “Típico”, piensa. Mientras va escuchando la música en la sección de recomendaciones, David se da cuenta de que se le ofrece una selección de canciones que nunca ha escuchado antes y que nunca escucharía. Sin su historial como usuario, el servicio resulta prácticamente inútil. “Para esto, mejor poner la radio”, piensa para sí.

Cuando al fin David llega a la oficina, ve cómo se ha generado un hervidero de actividad en torno a la noticia, tanto en la red como fuera de ella. Hay correos electrónicos y videollamadas por doquier; todo el equipo de la oficina está intentando reunir tanta información como le sea posible. Algunos datos están enterrados en copias de seguridad archivadas, por lo que el equipo se ve en la necesidad de buscar entre todo el ecosistema de datos para encontrarlos. Otros, sin embargo, están más fácilmente accesibles. David comienza su teleconferencia por Skype con otros 15 países y rápidamente se da cuenta que dispone de un mar de información al alcance de la mano.

David se pone a trabajar, fascinado de cómo a lo largo de la mañana sus compañeros han sido capaces de compartir datos recabados por todo el planeta. Decide crear un documento en la aplicación de gestión documental de la compañía, albergada en un servidor empresarial en la nube, compartiéndolo de forma que sus compañeros puedan introducir sus datos al instante. Pronto, una imagen clara comienza a tomar forma y David y es capaz de reunir toda la información recabada en un breve pero conciso documento para compartir con sus compañeros de negocio.

David se pone a trabajar, fascinado de cómo a lo largo de la mañana sus compañeros han sido capaces de compartir datos recabados por todo el planeta

A las 19:00 horas, David llama a un Uber para que lo recoja y lo lleve a la estación. En su tránsito a la estación de tren, comparte los datos de su trayecto con su familia, apuntando con gran alivio que su tren llegará a la hora.

Esto le hace reflexionar sobre su día, lo que le lleva a contemplar con perplejidad la cantidad de información que ha tenido a su disposición en todo momento. Desde la posibilidad de replantear su ruta, hasta el trabajo invertido para adaptarse a una adquisición bancaria internacional, David ve claramente cómo ha podido acceder fácilmente a todo cuanto ha necesitado con poco más que pulsar un botón. Hasta hoy, no se había parado a apreciar realmente el nivel de interconexión en el que vive, pero los acontecimientos de hoy le han ayudado a darse cuenta de cuán valiosa puede llegar a ser esta red de información. El día le ha hecho consciente de la gran importancia que tienen los datos en su vida cotidiana, y de las repercusiones que tiene el trabajo de las compañías de gestión de datos como NetApp, a la hora de gestionar los datos de todo el planeta. Con estos pensamientos, David se relaja, reproduce algo de música, y deja perder sus pensamientos entre las nubes.

¿Qué te ha parecido este artículo?

La tua opinione è importante per noi!

Redacción

Artículos relacionados

Artículo 1 de 2