Paso a paso en la digitalización de la sanidad

Por Jesús Cabañas, director regional de PFU (EMEA) Limited para Iberia.

Publicado el 15 Abr 2021

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Un año después de la declaración oficial de la pandemia por coronavirus, los servicios sanitarios en España siguen enfrentándose a una situación complicada, muchas veces al borde del colapso, debido a la mayor demanda asistencial por parte de determinados pacientes y con unos recursos al límite. Pero ¿de qué manera podría intentar mitigarse parte de toda esta presión asistencial?

Actualmente el entorno empresarial también está sometido bajo presión, y aunque no es del todo comparable con la situación de la sanidad, merece la pena observar qué medidas se están tomando en otros sectores. Para que las empresas sobrevivan, deben esforzarse constantemente por optimizar su rendimiento a fin de mantener su crecimiento y seguir progresando. Algo clave con lo que mejorar los resultados empresariales, sobre todo en organizaciones orientadas al cliente, es precisamente optimizar la experiencia del cliente, ya que esto conduce a incrementar los niveles de satisfacción y fidelidad, así como las ventas repetidas. Puede que los servicios sanitarios no busquen aumentar su base de usuarios, pero si se sustituyen “resultados empresariales” por “resultados de los pacientes” o “experiencia del cliente” por “experiencia del paciente”, los paralelismos son aún más claros.

Para que las empresas sobrevivan, deben esforzarse constantemente por optimizar su rendimiento a fin de mantener su crecimiento y seguir progresando

Si las empresas están mejorando la experiencia del cliente y los resultados de negocio a través de la transformación digital, ¿se podría hacer lo mismo en sanidad para ayudar a mejorar la experiencia del paciente y sus resultados?

Los beneficios de este cambio

Si se considera la posibilidad de iniciar un proceso de transformación digital, con el objetivo de mejorar los procesos administrativos y la atención al paciente, ya es un camino que merece la pena.

Existen muchos casos de cómo la digitalización beneficia a la sanidad, algunos de los cuales se centran en romper silos de información y en facilitar la creación de planes de atención conjunta. La tan necesaria interoperabilidad de las diferentes administraciones para compartir datos de historias clínicas electrónicas es un buen ejemplo. Una interconexión de los diferentes sistemas no solo permite tener un enfoque multidisciplinar, con diferentes equipos que puedan examinar simultáneamente registros con mayor facilidad, sino que la compartición efectiva de datos clínicos aportaría mayor eficiencia a la gestión en beneficio del paciente. Se conseguiría en definitiva un sistema de atención integrada del que todos saldríamos beneficiados. Como resultado, el proceso de toma de decisiones es más rápido y se reducen tiempos de espera, se agiliza la atención al paciente y la evolución de los casos en el sistema. Esta aproximación colaborativa puede asimismo ahorrar dinero a los servicios sanitarios y reducir el tiempo dedicado a rellenar formularios.

Simplicidad ante todo

Al tratarse de uno de los pocos sectores en los que cometer un fallo puede ser una cuestión de vida o muerte, en el área sanitaria suelen mostrarse comprensiblemente reacios al riesgo, lo que plantea retos muy específicos en transformación digital. Acertar es vital, por lo que la experiencia de terceros puede marcar la diferencia a la hora de identificar y adoptar rápidamente las mejores prácticas y superar las barreras al cambio. En el mundo empresarial, el 80% de las compañías recurre a expertos externos para que les ayuden a formar a sus equipos y les apoyen en su objetivo de digitalización. Y el sector sanitario podría beneficiarse haciendo lo mismo.

Adoptar un enfoque gradual de la digitalización puede resultar de ayuda. En primer lugar hay que identificar a aquellos actores externos que pueden proporcionar formación, conocimientos y una experiencia de valor en este ámbito. Estos ya habrán pasado por el proceso y, por tanto, harán las preguntas adecuadas para evaluar a fondo la situación desde la que se parte y garantizar que no se pasan por alto ninguna etapa crucial del proceso. También habrá que resistirse a la presión de implantar directamente una tecnología compleja y apostar en cambio por una inversión más sencilla para crear un impulso rápido y sólido de la digitalización. La captura de imágenes e información mediante escáneres documentales se vislumbra como un primer paso lógico en el camino de la transformación digital para muchas instituciones sanitarias de todo el mundo. La digitalización de los datos almacenados en documentos en papel ayuda a que el proceso de atención al paciente sea más ágil y productivo, ya que proporciona un acceso remoto a la información y a los recursos de manera más rápida, rentable e incluso, si fuese necesario, simultánea. Proporciona asimismo una forma más segura de almacenar la información sensible de los pacientes y, en futuras etapas de transformación digital, los datos recopilados pueden impulsar un mejor uso estratégico de los recursos, a través del uso de soluciones informáticas y analíticas más avanzadas.

Las ventajas a largo plazo de la transformación digital en la sanidad significan que, a pesar de todos los retos que se están viviendo desde el año pasado, se pueden sacar algunos aspectos positivos. De hecho, la necesidad imperiosa de una mayor eficiencia ha acelerado este proceso de cambio en el sector y, lo que es más importante, ha cambiado la mentalidad. Por ello, tenemos que seguir haciendo avances digitales por nuestro interés personal y de la atención a pacientes.

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Redacción

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