Al parecer, las intenciones de la multinacional pasan por diseñar una versión comercial del superordenador Blue Gene/L. Se trataría de máquinas de muy alta gama -y coste- específicamente dirigidas a empresas que precisan una gran potencia de cálculo de datos.
No hay que olvidar que los dos nuevos prototipos de Blue Gene/L se encuentran entre los diez primeros –cuarto y octavo puesto- del ránking 500 de superordenadores a nivel mundial. Además, el consumo de energía se ha optimizado, reduciéndose hasta una décima parte menos respecto a la mayoría de los diseños de otros superordenadores.
El mercado potencial se compone de petroleras que utilizan simulaciones geológicas; bancos de inversión para sus mercados financieros y cálculos de riesgo; y laboratorios farmacéuticos.
Google es otra de las compañías que ya han mostrado su interés por la adquisición de una de estas máquinas, que también se comercializará bajo la modalidad de pago por uso.