En 2008 el 90 por ciento se encontraba en activo y un escaso 10 por ciento en paro, mientras que ahora entre el 40-50 por ciento están desempleados. Esta cantidad de profesionales sin empleo ha hecho que las nuevas contrataciones no impliquen una mejora salarial.
Además, los procesos de selección se han alargado con respecto a años anteriores. En 2009 se ha detectado una menor urgencia a la hora de incorporar personal y cuando se hace, tiene que ser rentable más rápidamente. “Existe menor urgencia para las nuevas incorporaciones, por lo que son procesos más lentos y los perfiles deben ajustarse mucho mejor a los requisitos de experiencia y conocimientos. Las empresas de hoy en día buscan mayor seguridad y garantías de que la persona que incorporarán será el candidato correcto y que será rentable en el corto/medio plazo”, explica Felipe Angulo, consultor senior de Hays.
Los datos de este estudio realizado por Hays también apuntan a que en el mercado tecnológico, las pequeñas y medianas empresas tienen una mayor capacidad de adaptación ante la crisis que las grandes compañías. Aunque también se ha reducido la demanda de personal de las pequeñas empresas tecnológicas, se ha visto un incremento a la hora de desarrollar los proyectos con el personal del que ya disponen o buscando vías para cumplir con sus proyectos mediante contrataciones freelance o subcontrataciones.