No hay duda de que estamos ante una nueva revolución, tanto industrial como social. De la misma manera que la electricidad cambió la vida de las personas a comienzos del siglo XX, hoy en día podemos afirmar que la tecnología de vídeo IP tendrá un impacto masivo en futuras generaciones.
Del mismo modo que, hace más de 200 años, algunos vieron en la electricidad algo más que la transición de una vela a una bombilla, actualmente, los más pioneros sí son capaces de vislumbrar el impacto que tendrá la integración del vídeo en prácticamente todas las cosas.
los más pioneros sí son capaces de vislumbrar el impacto que tendrá la integración del vídeo en prácticamente todas las cosas
Estamos ante un cambio de paradigma, donde el vídeo no solo se utiliza en el ámbito de la seguridad también en la prevención de riesgos laborales, gestión de procedimientos, gestión del desempeño, procesos de calidad, entre otros muchos.
En este sentido, podríamos dar varios ejemplos: imaginemos una fuente que se activa al ver que una persona se dispone a beber, y se desactiva una vez la persona cierra la boca. ¡La de agua que ahorraríamos! O un sistema que pueda medir la calidad del acabado de los productos antes de salir de la línea de producción.
El vídeo IP es la forma en la que nuestro entorno podrá ver a través de las cámaras, sin que estemos presentes. También podrá pensar sin mente gracias a la inteligencia artificial, y, por último, podrá interactuar de forma que automaticemos tareas a través de la creación de reglas, lo cual convierte a un elemento pasivo en un compañero de equipo.
Cuanto más vemos, más sabemos. Las ciudades inteligentes destacan por cuidar mejor de los recursos, priorizando el bienestar de las personas y el medio ambiente. Dicho de otra manera, las ciudades inteligentes son más sensibles y sostenibles gracias, en gran medida, a la captación de imágenes y su gestión.
Como complemento, cabe abordar la tecnología 5G combinada con la inteligencia artificial que nos ofrece información en tiempo real con una latencia imperceptible. De este modo, podemos ver, entender y reaccionar. Tan solo hace falta un software o plataforma de gestión de video que conecte todos esos puntos y aplicaciones: Monitorización y analítica para mejorar el tráfico, respuesta ante emergencias, gestión de residuos, optimización de los recursos, y un larguísimo etcétera.
La gestión de estos datos nos ofrecerá métricas que nos permitirán sacar conclusiones y, a su vez, tomar decisiones en la dirección correcta, y, por supuesto, mejorar nuestra calidad de vida.
