La virtualización sigue ganado peso como mecanismo para conseguir el mejor aprovechamiento de las infraestructuras y la adopción de estas tecnologías es una de las tendencias más importantes del mercado. No en vano, Gartner advierte que las empresas que no aprovechen estas tecnologías gastarán anualmente un 25 por ciento más en hardware, software, trabajo y espacio para sus servidores Intel.
En este escenario, la compañía VMware, perteneciente a EMC desde principios del pasado año, constituye un referente contándose entre los 10 proveedores de software de más rápido crecimiento con una facturación en el primer trimestre de 2005 de 80 millones de dólares; un privilegio que se acompaña de un proceso de expansión que ha llevado a la empresa a abrir oficinas en España tras su establecimiento en Reino Unido, Alemania y Francia. Al frente de la filial de VMware para el mercado ibérico se encuentra Alfonso Ramírez que, procedente de las filas de Bea Systems, está convencido de que “la virtualización es la respuesta a una de las problemáticas más acuciantes de los departamentos de sistemas, que se encuentran en los límites de la reducción de costes pero siguen infrautilizando sus infraestructuras”.
Desde que desarrollara en 1999 su primer producto, VMware Workstation, VMware se ha esforzado por extender la tecnología de máquinas virtuales y en 2001 consiguió un logro fundamental al entrar, con VMware GSX Server y VMware ESX Server, en el mercado de servidores x86, donde el grado de utilización no alcanza el 10 por ciento mientras que en los mainframe roza el 60 por ciento, según los datos que maneja la empresa. Ese desaprovechamiento exige que “los servidores hardware ejecuten múltiples aplicaciones sin que un problema en alguna de ellas afecte a otra”, como comenta el consultor pre-venta de VMware para España y Portugal, Alejandro Solana, que aprecia ventajas adicionales en tanto que “con el entorno de plataforma virtual, disponemos de una herramienta de gestión centralizada”. Pero más allá de VMware Virtual Center, el punto clave en este contexto es “la posibilidad de enfocar los centros de procesamiento de datos como un pool, de forma que cuando se necesitan más recursos se crea la correspondiente máquina virtual con la capacidad necesaria y posibilidades de movilización gracias a la tecnología Vmotion”, de acuerdo con Solana. Más recientemente, la compañía ha entrado en los entornos de puesto de trabajo con VMware ACE, que “nos permite establecer políticas sobre una máquina virtual limitando el acceso en función del usuario”, explica Solana.
Banco de España, Telefónica Móviles y Caixa Galicia se cuentan entre las organizaciones usuarias de la tecnología de VMware en España, donde ya existe una referencia de su producto VMware ACE. Y el potencial es enorme considerando, como apunta Ramírez, que “existe una base instalada que se utiliza de forma tremendamente ineficiente”.