Derribando las barreras del e-commerce en Europa

Aunque las compañías europeas se han mostrado más reluctantes a la adopción del comercio electrónico que sus homólogas en Estados Unidos, según los últimos estudios realizados por AMR Research, en 2004 esta situación habrá cambiado considerablemente.

Publicado el 20 Nov 2000

De acuerdo con AMR Research, el actual hueco existente entre los niveles del actividad B2B en Estados Unidos y Europa disminuirá rápidamente a lo largo de los próximos cuatro años. La consultora pronostica que mientras el porcentaje de comercio electrónico europeo on line crecerá desde el 0,2 por ciento que contabilizaba el pasado año hasta un 21,5 por ciento en 2004, estas cifras se sitúan en un 1,4 y un 29,5 por ciento respectivamente.

Sin embargo el nivel de adopción será diferente en función de los diferentes sectores de la industria. Mientras en Europa el segmento industrial realizará en 2004 el 18,4 por ciento de sus ventas a través de Internet, en EEUU esta variable alcanzará un porcentaje del 35,5 por ciento. También se espera que las compañías europeas de los ámbitos de la minería y la construcción realicen el 12,7 por ciento de sus ventas totales on line en un plazo de cuatro años, porcentaje que en EEUU será de un 14,6 por ciento.

La existencia de diferencias culturales entre los países europeos se menciona con mucha frecuencia como una de las barreras principales a la hora de adoptar las nuevas tecnologías en Europa, particularmente en lo que a sistemas colaborativos se refiere. Pero Nigel Montgomery, director de investigación europea de AMR, considera que la confianza desarrollada por las organizaciones como resultado de las relaciones de negocio establecidas a largo plazo ayudará a eliminar los temores ante la puesta en marcha de iniciativas basadas en los mencionados modelos de trabajo colaborativo. La especial naturaleza de las relaciones de negocio juega un papel determinante en las firmas que están desarrollando capacidades de intercambio colaborativo, asegura Montgomery, quien también admite que el mercado de intercambio se encuentra a día de hoy en sus inicios y que es difícil obtener información exacta sobre lo que realmente está sucediendo. Hemos solicitado información a 40 firmas europeas que están realizando actividades de intercambio para tener alguna idea del volumen transaccional y sólo recibimos cuatro respuestas, lamenta Montgomery.
Aunque las empresas europeas, como Nestle y Eli Lilly, son conscientes de que sus proyectos de comercio electrónico todavía se encuentran en un estadio temprano de desarrollo, confían en la rápida expansión de dichas actividades. Caroline Serfass, director de la cadena de aprovisionamiento de Eli Lilly en Francia entiende que los sistemas de e-procurement de las empresas inicialmente capacitaron a los usuarios para comprar artículos con un bajo riesgo de estacionamiento, pero ahora han ampliado sus funcionalidades.

Por su parte Nestle se ha convertido en miembro de CPGMarkets.com, una asociación colaborativa en la que también participan SAP, Danone y Helkel, y que según la directora del grupo de desarrollo de compras, Joanne Levien, la firma ha adoptado una aptitud de acercamiento basada en el paradigma acción-aprendizaje-acción.

Sin embargo AMR también ha identificado un número de factores no culturales que afectan adversamente al despegue de las prácticas colaborativas en Europa; el alto volumen de inversión necesario, la necesidad de implementar una sólida infraestructura, las debilidades funcionales del producto y la falta de estándares reales que posibiliten el trabajo conjunto de sistemas diferentes son algunos de los más importantes.

Las empresas europeas en especial quieren algo más que sitios de subastas y demandan más altos grados de funcionalidad antes de involucrarse en un proyecto de estas características. Los europeos son mucho más críticos cuando emprenden nuevos proyectos, afirma John Fontanella, director de servicios de B2B en AMR. Actitud muy lógica según Tony Friscia, jefe ejecutivo de AMR, quien considera que tales iniciativas no siempre proporcionan un valor real.

El coste y la confusión existente sobre los estándares también se señalan como obstáculos. AMR cree que las empresas que están entrando en el escenario del B2B deben prever gastar cuatro veces más en software de lo que han venido invirtiendo en soporte y mantenimiento privado o intercambios entre consorcios. Muchos agentes fracasan a la hora de determinar la cantidad necesaria para permanecer en el juego, considera Bruce Richardson, vicepresidente sénior de AMR, quien añade que los niveles de inversión necesarios oscilan entre los 100 y los 500 millones de dólares.

Además Richardson advierte de que estándares tecnológicos como XML, RosettaNet y UDDI todavía se encuentran en una fase inicial de desarrollo, por lo que no deben considerarse como soluciones capaces de integrar todas y cada una de las aplicaciones de negocio.
Pero mientras parece imposible para las empresas solventar sus problemas de integración a través de la simple aplicación del equivalente a una tecnología de parcheado, muchas frenan ante los costes necesarios para realizar un buen trabajo. Y para complicar aún más el asunto, nadie quiere hacerse cargo de la responsabilidad financiera porque a menudo no está muy claro que departamentos de la organización obtendrán beneficios directos de tal acción.

Nadie quiere pagar por estos proyectos y especialmente si piensan que éstos pueden disminuir la percepción competitiva de la empresa, afirma Mark Lane, vicepresidente europeo de marketing en Ventro, un constructor independiente de sistemas de intercambio.

Mientras la integración de los sistemas nuevos y los existentes sigue considerándose muy significante, resulta evidente que no se consigue nada si no existe una sólida infraestructura basada en las transacciones, un matiz que los vendedores de tecnología B2B generalmente no enfatizan suficientemente, mientras continúan concentrándose en los beneficios que pueden obtenerse de la implementación de dichos sistemas.

A pesar de todas estas barreras AMR asegura que son muchos los beneficios que pueden conseguir si se realizan las elecciones tecnológicas adecuadas y apunta la directa influencia que ejercerán en desarrollo del negocio electrónico iniciativas como la de GE Exchange Services, que capacita a las compañías que disponen de un bajo presupuesto en TIC para disponer de servicios de intercambio colaborativo a un precio anual de 300 dólares al año. Ésta es una prueba de que no siempre es necesario invertir una enorme cantidad de dinero para conseguir el éxito, señala Friscia.

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Redacción Computing

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