El avance de Internet perfila un panorama laboral muy positivo. Según un reciente estudio realizado por Andersen Consulting tomando conjuntamente la totalidad de los sectores económicos tanto en EEUU como en Europa, la Red creará en un plazo de dos años 10 millones de nuevos puestos de trabajo. La cifra, que se reduce a tres millones, si se consideran únicamente los cinco mayores sectores económicos europeos, continúa siendo muy favorable, teniendo en cuenta que en 1998 la Red creó en Alemania, Francia, Irlanda, Italia, España y el Reino Unido, conjuntamente, sólo 517.000 empleos.
Este último dato, que se recoge en un informe realizado por Spectrum Strategy Consultants, fruto del examen de los potenciales trabajos creados por dotcoms, portales, consultoras de software, diseñadores web y proveedores de servicio, alcanza una cifra en EEUU de 2,1 millones de nuevos empleos. Según los pronósticos, en 2002 estas cifras habrán aumentado significativamente alcanzado un número de 5,8 millones y 3 millones en EEUU y el mencionado grupo de países europeos, respectivamente.
Es, por tanto, notable, a la vista de los datos pasados y de los pronósticos futuros, un acercamiento de los niveles tecnológicos de EEUU y Europa. De acuerdo con Steve Freeman, partner de Andersen Consulting, el tradicional margen de desfase tecnológico entre EEUU y Europa se verá reducido debido al éxito de la tecnología web inalámbrica en el Viejo Continente. Hoy en día se estima con respecto a este punto que Europa experimenta un retraso de dos años con respecto a EEUU, pero todo indica que en 2003 esta diferencia se verá reducida situándose en un año. «En EEUU consideramos que la penetración de los PCs es significativamente alta, pero no tenemos en cuenta el efecto de la tecnología inalámbrica», afirma Freeman, quien considera que «en Europa, la primera experiencia de muchas personas con Internet tendrá lugar a través de teléfonos móviles y no vía PC».
Freeman cree que muchos de los nuevos trabajos en Europa estarán relacionados con la creación de inventivas aplicaciones web inalámbricas, mientras que EEUU continuará centrándose, como generalmente ha venido haciéndolo en el desarrollo de software diseñado para potenciar las capacidades de Internet. Freeman también estima que la demanda de habilidades relacionadas con Internet no decrecerá a pesar del reciente colapso de perfiles especializados en determinadas dotcoms y de la actual volatibilidad de las acciones relacionadas con la Red. «Estas compañías no representan un porcentaje significante de la fuerza de trabajo. La burbuja del capital se ha diluido pero este hecho no conducirá a un detrimento en la demanda», pronostica.