Aunque España ocupa la octava o novena posición mundial por envergadura económica, “el país muestra una gran asimetría con respecto a su grado de inserción en la Sociedad del Conocimiento, estando en el puesto 28 ó 29, mientras Finlandia y Dinamarca están entre los cinco primeros”, explicaba en SyTeI 2005 el catedrático de Economía en la UAM y presidente del Plan de Convergencia con Europa en la Sociedad de Información, Emilio Ontiveros.
Así, la economía española viene creciendo a un ritmo del 3 por ciento anual, “pero lo que hay que plantearse es qué hacer para crecer más y sobre todo para crecer mejor”. La clave para garantizar el futuro competitivo de España que nos lleva a una mayor renta per cápita por habitante, pasa por tanto por “crecer, pero de forma eficiente”.
Para ello, resulta necesario revisar nuestros parámetros de competitividad, “sacando más partido a la fuerza de trabajo”. Para lograrlo, es necesaria mayor dotación de capital para los trabajadores: “Facilitar habilidades (educación), nuevas tecnologías y capital organizacional entendido como capacidad de organización y talento en las empresas”, continúa.
Entre 1995 y 2003 España ha aumentado la productividad del trabajo un 5,8 por ciento, frente al 27,3 por ciento de Irlanda, un país más pobre que nosotros hace escasos años. Si medimos la productividad por empleado en España nos situamos junto a Méjico, y al medirla por hora trabajada estamos muy por debajo de la media europea, situándonos también en la cola de los 25 de Europa en cuanto a recursos destinados a Educación.
De esta forma, el esfuerzo porque España recupere posiciones de competitividad corresponde tanto al sector público como al privado. La empresa debe incorporar procesos tecnológicos, mejorar su capacidad de organización y formar en tecnología a sus empleados. “Sólo así podrá competir frente a la re-localización y países más productivos”. En el caso de la Administración, “debe no sólo equipararse a Europa en la dotación a I+D+i como porcentaje del PIB, sino auto-modernizarse y también coordinar e integrar los programas de las distintas Administraciones locales y autonómicas que pretenden romper la brecha digital para avanzar en la Sociedad de la Información y el Conocimiento”, sentencia Ontiveros.