La primera tendencia que se manifiesta es la creciente necesidad de conectividad entre personas, organizaciones y todo tipo de dispositivos o máquinas, la cual se verá incrementada en el futuro gracias a los importantes avances tecnológicos que están teniendo lugar en el sector de las telecomunicaciones. Además, la ubicuidad, es decir, la posibilidad de poder comunicarse y acceder a la información necesaria para desarrollar una tarea en cualquier lugar y cualquier momento, independientemente de la localización donde se encuentre el usuario será algo de lo que se hable mucho en el futuro. A lo que se le unen la convergencia, la personalización, la interoperabilidad y la seguridad.
Las tres categorías de elementos que se han analizado para mostrar la evolución tecnológica han sido por orden de importancia las redes, las tecnologías y las aplicaciones. Respecto a la evolución de las redes, un aspecto importante es el hecho de que el condicionamiento a entornos fijos se ha sustituido por entornos nómadas y móviles, más demandados en la sociedad actual.
Por otra parte, cada vez resulta más evidente la progresiva integración de usos y funciones entre las diferentes redes e infraestructuras de acceso, los equipos y terminales de usuario, así como en los servicios y aplicaciones ofrecidos sobre ellos. De esta forma la convergencia tecnológica del sector de las TIC con el de los “media” deriva a su vez en un proceso paralelo de convergencia industrial y de mercados, en el que cada vez resulta más difícil “establecer fronteras y poder afirmar donde terminan las actividades de un sector y empiezan las de otro, o viceversa”.
“Estas nuevas tecnologías nos van a facilitar básicamente una mayor velocidad gracias al ancho de banda, y más movilidad y ubicuidad, es decir, la capacidad de estar conectados en entornos móviles”, afirma Frances Mañá, responsable de Estudios de Investigación del Instituto Catalán de Tecnología.