Los Responsables de la Dirección Informática (RDI) españoles sufren un nivel de presión bastante más elevado al de sus colegas europeos. Así lo revela el último estudio Índice de Puntos de Presión que elabora anualmente el proveedor de servicios de TI y disponibilidad del negocio, Synstar, según el cual el índice de presión de los directivos de TI en España ha pasado en el último año de 203 a 227 puntos, lo que supone un incremento del 11 por ciento mientras que el aumento medio europeo ha crecido en 10 puntos al pasar de 179 a 198 puntos. Y es que en España la presión asociada a la práctica totalidad de los índices que contempla el trabajo de Synstar (aspectos de TI, aspectos de negocio y aspectos externos) es superior a la media europea, con la única excepción de la preocupación por el clima económico que, sin olvidar su carácter determinante a la hora de acometer proyectos tecnológicos, cuenta con 219 puntos de media en Europa, e incluso llega a los 263 en Alemania, frente a los 189 puntos de España.
En el área de los aspectos puramente tecnológicos, la seguridad de los sistemas TI -con 271 puntos- y el soporte al negocio -con 252 puntos- aparecen como las principal preocupaciones de los RDIs españoles, seguidas de la inestabilidad de los sistemas (242 puntos) y la actualización tecnológica (231 puntos). En estrecha relación con este último aspecto pero incluida en el área de los aspectos internos, se sitúa en la primera posición calificada con 248 puntos -frente a una media de 205 en Europa- la preocupación asociada a la necesidad de alinear la estrategia tecnológica con la estrategia empresarial, a la que siguen en este mismo ámbito las peticiones de los usuarios (239 puntos), la valoración de las TI por parte de la dirección (229 puntos) y, por último, la seguridad en el empleo (212 puntos).
En lo que se refiere a los indicadores de carácter externo, que despiertan un grado de preocupación claramente inferior a la asociada tanto a los aspectos tecnológicos como a los internos, ocupa el primer lugar, con una calificación de 227 puntos (201 en Europa), el equilibrio entre la vida laboral y personal, seguido de la existencia en el mercado laboral de perfiles TI, con 200 puntos; el apoyo del Gobierno a la innovación tecnológica, con 193 puntos; y el clima económico que, como ya se mencionó, constituye el aspecto que menos preocupa a los RDIs españoles.
Merece la pena detenerse en ciertos aspectos significativos en relación a los cuales el trabajo de Synstar arroja unos resultados que llaman al optimismo. En concreto y en lo que se refiere a los presupuestos destinados a TI, un 69 por ciento de las empresas españolas y un 71 por ciento de las europeas que han participado en el estudio de Synstar manifiesta contar de cara a 2003 con un presupuesto igual o superior al de año anterior. Y, por otra parte, en cuanto al retorno de la inversión (ROI) asociado a las inversiones en TI, un 63 por ciento de RDIs españoles y un 50 por ciento de los europeos considera que sus proyectos consiguen, habitualmente o siempre, un adecuado retorno de la inversión. También destacable, pero en esta ocasión por su carácter negativo, resuelta el hecho de que un 7 por ciento de los RDIs españoles (18 por ciento de media en Europa) admita no saber y, por lo tanto, no medir, el retorno de la inversión asociado a sus proyectos tecnológicos.
Respecto al outsourcing, una de las áreas en las que más se focaliza el estudio de Synstar dado que es una de sus principales actividades de negocio, el estudio revela que un 52 por ciento de los RDIs españoles y un 50 por ciento de los europeos aprecian en la externalización selectiva la fórmula más efectiva para reducir costes y mejorar el rendimiento. Estos porcentajes hacen patente la creciente aceptación del outsourcing por parte de los departamentos TI de las organizaciones -que en anteriores ediciones del estudio manifestaban apreciar en la externalización una amenaza para su puesto de trabajo-, pero también hay que señalar que, sin embargo, tan sólo un 2 por ciento en España y un 5 por ciento en Europa estaría dispuesto a externalizar completamente su infraestructura tecnológica. En este sentido, el mantenimiento de la infraestructura (52 por ciento en España y 41 por ciento en Europa) y el soporte al usuario (24 y 21 por ciento, respectivamente) constituyen las tareas más susceptibles de externalización.