No consiste en hacer patria ni en sacar pecho, pero que un directivo español vaya a tomar las riendas de una de las firmas tecnológicas punteras a nivel mundial es muestra de orgullo y, por qué no decirlo también, de reconocimiento de nuestras capacidades. Me refiero en este caso al anuncio del próximo nombramiento de Enrique Lores como CEO y presidente de HP a nivel mundial, efectivo a partir del 1 de noviembre. Que un directivo español asuma el control de una corporación con 58.500 millones de dólares de facturación y 55.000 empleados merece ser aplaudido; sobre todo, además, si nos referimos a una empresa que nace a finales de 2015 después de la segregación de la antigua Hewlett Packard en dos compañías, la propia HP Inc. y HPE, y que reporta 3.500 millones de beneficio neto.
Es por ello un reto de grandes dimensiones el que se le presenta a Enrique Lores -actual presidente de la división de Imaging, Printing & Solutions- para mantener el rumbo de este transatlántico tecnológico. Sin embargo, tiene bagaje para ello: más de 30 años en la compañía, en su mayoría dentro del área de sistemas personales: “Por mucho que soñara para crear lo imposible, nunca podría haber imaginado dónde conduciría mi viaje personal a través de los pasillos de HP, ciertamente nunca habría imaginado que tendría el privilegio de servir a HP como CEO”, ha comentado en una carta abierta en LinkedIn.
Pero Enrique Lores no está solo, se suma al selecto grupo de directivos españoles que lideran en firmas multinacionales, entre ellos sobresalen Ramón Laguarta, presidente y consejero delegado de PepsiCo; Alex Cruz, presidente y CEO de British Airways; o Juan Ramón Alaix, consejero delegado de Zoetis. Muchos otros ocupan vicepresidencias o dirigen áreas o regiones; el sector TIC es un claro exponente de ello con nombres como César Cernuda, al frente de Microsoft Latinoamérica, o de Darío Gil, como director del área de I+D de IBM.
