Se ha hecho más en unos meses por la transformación digital que en los últimos años, según manifiestan algunos de los CIO a los que ha tenido la oportunidad de acceder Computing en este número especial. Sin preverlo y sin diseñar una estrategia cosida con esmero por todos y cada uno de los departamentos involucrados de la organización. La transformación está aquí, de golpe, como un tsunami, y sin hacer zozobrar los pilares en los que se asentaban los departamentos TI. No ha sido tan difícil. Ha bastado una plaga propia del Antiguo Testamento para hacer desaparecer las tibiezas de muchos dirigentes. Pero hablo sobre todo de procesos y de personas, de mentalidad y de emociones, de un cambio social, porque la tecnología ya estaba aquí. Por eso, la gran metamorfosis lleva por bandera la palabra transformación, frente a una digitalización que mantiene su cauce en su camino inalterable y, eso sí, cada vez más disruptivo.
TI y Negocio han alcanzado un mayor entendimiento en una relación que ha salido reforzada
El CIO ha digitalizado trámites que le hubiera costado años implantar, y como afirma uno de ellos: “es cuestión de adaptarse o morir”. Y parece que esta adaptación le permitirá ganar peso en los órganos de decisión de las empresas. Como explica Gartner, la crisis financiera derivada de la covid hará que el CIO en su nivel más alto pase de ser un facilitador de negocio a un líder de negocio. Al fin y al cabo, un aliado de confianza. En mitad de esta tormenta, la respuesta de la tecnología al impacto de la pandemia ha tenido mucho que ver; ha sabido prescribir a la Dirección una fórmula reconstituyente que ha ayudado al negocio: planes de continuidad, de colaboración, workplace, tramitación electrónica, cloud… han venido al rescate. Y TI y Negocio han alcanzado un mayor entendimiento en una relación que ha salido reforzada. El pero es que nos espera un 2021 con demasiados interrogantes, quizás con presupuestos a la baja, que esperemos que no desdibujen “el comienzo de una gran amistad”.
