Proteger la propiedad intelectual del software es clave para el crecimiento de las empresas emergentes

Por Philippe Thomas, director general de Vaultinum.

Publicado el 18 Nov 2021

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El sector tecnológico ha sido uno de los pocos ganadores de la pandemia. Diversos estudios de mercado revelan que el Covid-19 ha impulsado el crecimiento de la creación de empresas en las principales economías del mundo, registrándose un verdadero auge de las startups, ya que el número de nuevas empresas a nivel global ha superado significativamente los indicadores del año pasado. En España, según el Colegio de Registradores, se han creado más de 100.000 sociedades en el último año. Una parte importante de las nuevas empresas están vinculadas con el mundo de las TI.

Detrás de casi todas las compañías tecnológicas, y uno de los principales activos de las empresas de hoy en día, está el software, y con el crecimiento de las tecnologías más avanzadas, las organizaciones deben ser cautelosas con la propiedad intelectual (PI) de su software, especialmente cuando se trata de una startup. Ya hemos visto a algunas de las mayores empresas tecnológicas enfrentarse por cuestiones de derechos de autor de software. En Reino Unido, por ejemplo, en el caso SAS Institute Inc. vs WorldProgramming Ltd., SAS alegó que WorldProgramming Ltd. (WPL) no tenía acceso legítimo al código fuente de su software SAS System para crear el programa informático, lo que finalmente dio la razón a WPL y provocó cambios en la normativa sobre derechos de autor. Otro ejemplo más reciente lo encontramos en Francia, donde la compañía ACSEP ha sido multada con tres millones de euros por falsificación de códigos fuente de software de Generix.

Es evidente que para las startups y los pequeños negocios, este tipo de casos pueden costar una gran cantidad de dinero y dañar la reputación, por lo que proteger y probar la PI de los programas informáticos se ha convertido en algo esencial para una startup.

¿Qué es la PI de activos digitales?

Cuando se lanza una empresa, se deben seguir una serie de pasos para establecer la propiedad de determinados activos, como las marcas y los logotipos. Pero los activos digitales, como el software y el código fuente, deben protegerse de manera diferente para brindar el mismo valor y validación al negocio.

El código fuente, al igual que una película o un libro, se considera una creación de la mente y, por tanto, queda protegido en cierta medida por el Convenio de Berna de 1996, que protege las obras literarias y artísticas en virtud de los derechos de autor. Sin embargo, los proveedores de software aún deben demostrar esta propiedad y los derechos anteriores del activo digital si se impugnan en los tribunales. Para hacerlo, deben tomar medidas proactivas para proteger su PI.

Una forma de proteger y demostrar la propiedad del código fuente y de garantizar la total protección de los derechos de autor es depositar el activo en un tercero de confianza. Es importante asegurarse de que el proveedor de depósitos puede proporcionar un certificado reconocido por los tribunales de los 179 países que pertenecen al Convenio de Berna.

Antes de la era digital moderna, creadores e innovadores recurrían a notarios y abogados para proteger sus derechos de autor, pero muchos no lo hacían por el coste y el tiempo que suponía. Afortunadamente, hoy existen proveedores de confianza que ofrecen soluciones digitales para los activos digitales que permiten depositarlos online de forma segura en una cámara acorazada electrónica y actualizarlos fácilmente, incluso de forma automatizada.

Las actualizaciones periódicas de los activos depositados permiten al desarrollador trazar la evolución del activo digital, ampliando la protección de la PI a cada versión actualizada del software. Y para simplificar la gestión (el software es una creación en constante evolución), es conveniente elegir un proveedor de depósitos que pueda gestionar estas actualizaciones automáticamente.

Por qué los depósitos y la PI del software son importantes para el crecimiento de los negocios

Las soluciones de depósito que demuestran la propiedad de una creación de software no solo son fundamentales para el éxito de los litigios de PI y la aplicación de los derechos de autor, sino que también pueden elevar la valoración de una empresa y la probabilidad de “cerrar el trato”. Si pensamos en la situación actual de la economía, existe un mayor interés por la innovación, siendo la tecnología y el software los principales impulsores de este cambio. Esto supone que las empresas de software que buscan recaudar fondos se enfrentan a un escenario de inversores muy competitivo. Por lo tanto, las empresas de software deben hacer que sus ofertas sean lo más atractivas y competitivas posible. Tener un software innovador y bien desarrollado es una cosa, pero demostrar que se es dueño del software corrobora que se va en serio cuando se trata de tu creación. Además, a medida que la importancia de los derechos de PI en la valoración general de la empresa adquiere un mayor reconocimiento mundial, más inversores exigen pruebas de la protección de la propiedad intelectual. A falta de dicha prueba, las empresas especializadas en valoración han reducido el valor de las empresas hasta en un 20%.

Depositar el código fuente de su software en un tercero de confianza garantiza a los inversores que usted ha protegido sus secretos y su PI mediante el mapeo y el sellado de tiempo, lo que limita el riesgo de infracciones y litigios tanto con empresas externas como con empleados internos. Esto puede tener un impacto general en la imagen que se presenta a los inversores y minimizar los riesgos para la reputación y los altos costes que podrían producirse por los litigios de PI, dándole esa ventaja competitiva que podría empujar a los inversores a firmar en la línea de puntos.

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Redacción

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