El origen de la multa es consecuencia de una denuncia formulada en diciembre de 2000 por la Asociación de Empresas Operadoras y de Servicios de Telecomunicaciones (Astel) y será recurrida por Telefónica, según ha anunciado la operadora dominante.
La sentencia del Tribunal de Defensa de la Competencia (TDC) hace alusión al abuso de la posición de Telefónica en el mercado destacando que “no estuvo a la altura de la especial responsabilidad que incumbe a quien ostenta una posición dominante, al reaccionar de forma desleal y desproporcionada” .
El TDC califica la actuación del operador dominante de “muy grave” al influir negativamente en el proceso de liberalización de las telecomunicaciones y le obliga además a “realizar mailings a todas las empresas a las que ha enviado cartas-tipo con contenido anticompetitivo, indicando que la preasignación de operador no supone ninguna implicación negativa en términos de calidad de servicio telefónico básico, mantenimiento de la línea o recepción o precio de los servicios suplementarios”.
La multa supera ampliamente a la impuesta por la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT) en 2002, la mayor hasta la fecha con 18 millones de euros.