Verdadero motor impulsor del desarrollo del sector tecnológico mundial, el usuario empresarial de Sistemas de la Información tiene un creciente peso específico frente a fabricantes y proveedores de servicios. Y es que han pasado de ser meros consumidores compulsivos de tecnología a contar con un amplio bagaje que les permite saber qué procesos quieren cambiar en sus organizaciones y seleccionar las herramientas más adecuadas para lograrlo, teniendo en cuenta premisas como la inmediatez en el ROI, o los incrementos en la productividad y rentabilidad.
De hecho, todos somos conscientes de que actualmente el presupuesto de las empresas para TIC es inferior al disponible hace cuatro o cinco años, y, por ello, ahora se gasta con más precaución. Según un estudio de AETIC y DMR Consulting, la mayor parte de las empresas españolas dedica a TIC una cantidad claramente inferior al 10 por ciento de sus activos.