A pesar de que España ha avanzado dos posiciones saltando del puesto 23 al 21- en un estudio que comprende 64 países realizado por The Economist Intelligence Unit en colaboración con IBM, lo cierto es que aún tiene que superar ciertos aspectos en los que se encuentra ligeramente retrasada para aprovechar de forma significativa las oportunidades que ofrece Internet.
El informe, denominado “The e-readiness rankings”, incide especialmente en la posición retrasada de España en aspectos como el nivel de conectividad y el despliegue de infraestructura tecnológica se sitúa en el puesto 24- como consecuencia especialmente de que el uso de Internet y la penetración de los ordenadores personales se encuentra en una tasa inferior al 35 por ciento. La desventaja crece si se tiene en cuenta que los primeros países del ranking cuentan con un índice del 70 por ciento. El único aspecto en el que España mejora ostensible su posición es la aceptación del móvil, que alcanza cuota cercanas al 90 por ciento.
Otro de los aspectos en los que España debería mejorar es en la categoría de entorno social y cultural también se sitúa el 24-, debido a que penaliza la débil aceptación y experiencia en el uso de Internet de los ciudadanos españoles, además de los conocimientos técnicos de los trabajadores y los bajos niveles de innovación existentes.
Con ligera mejora se sitúa España en la utilización de los servicios relacionados con el e-business en la posición 22- por parte de las empresas, además de otras variables como el uso de las corporaciones de servicios de consultoría, soporte técnico y tecnologías de la información necesarios para dar soporte o poner en marcha las oportunidades que genera Internet.
El grado de madurez del tejido empresarial, junto al potencial para atraer inversiones, mide factores como la fortaleza de la economía o la estabilidad política y sirve para medir las expectativas y el grado de atracción del entorno empresarial durante los próximos cinco años. España mejora ligeramente la posición con respecto a los anteriores aspectos citados se sitúa en el puesto 20-, aunque aún se mantiene por debajo de la media de los países de la Unión Europea.
Mejores expectativas surgen si se tiene en cuenta el nivel de adopción del e-business tanto por los ciudadanos como por las empresas españolas, valorando servicios como las ventas por Internet o la utilización de este tipo de entornos en la automatización de los procesos de negocio.
Uno de los aspectos en los que España se sitúa en posiciones cercanas a la vanguardia es el entorno legal y político, que valora el marco de normativas que regulan y fomentan el uso de Internet poniendo especial atención en apartados como el apoyo a los proyectos de banda ancha e Internet, planes relacionados con la era digital o las facilidades para la creación de nuevas empresas.