El lento camino hacia la transformación digital

José Luis Pérez, Director de Innovación y Producto de Penteo, aborda la transformación digital como un reto ineludible.

Publicado el 11 Ago 2017

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Realizar con éxito su transformación digital es hoy un objetivo prioritario para cualquier empresa. Establecer una correcta estrategia para hacer frente a los nuevos retos de mercado, puede ser la clave para no sucumbir ante la irrupción de nuevos actores nativamente digitales, más ágiles, eficientes y mejor preparados. A pesar de la urgencia de este reto, la empresa española está abordando su digitalización con excesiva prudencia.

Los datos recogidos por Penteo muestran que las compañías españolas están parcialmente preparadas para la transformación digital. En una investigación realizada en colaboración con la APD (Asociación para el Progreso de la Dirección), en la que participaron alrededor de 300 directivos de diferentes áreas de negocio de grandes empresas españolas, los ejecutivos valoraban con un siete sobre 10 el grado de preparación de sus organizaciones para emprender esta transformación.

Es un panorama relativamente preocupante, y que requiere una evaluación en profundidad para determinar en qué áreas se están realizando mayores esfuerzos y cuáles presentan mayores carencias.

Los ejecutivos valoraban con un siete sobre 10 el grado de preparación de sus organizaciones para emprender esta transformación

En Penteo hemos analizado, a través de diferentes investigaciones, cómo las compañías de nuestro país están abordando la inevitable transformación digital, y cuál es su grado de madurez en la actualidad. El estudio se ha realizado siguiendo siete dominios digitales clave para emprender este proceso, y cuya situación en la empresa española desarrollaremos en este artículo.

Marketing Digital: Aún con un enfoque tradicional. El marketing digital es una herramienta clave para conectar a la empresa con sus potenciales consumidores. A pesar de su importancia, la cultura sobre esta área en la empresa española es notablemente baja: solo un tercio de los CIO considera que su empresa dispone de los conocimientos necesarios en este ámbito. Si bien son muchas las firmas que están intentando adoptar enfoques digitales en sus acciones de marketing, como el marketing de contenido, aún carecen de la planificación y estrategia necesarias.

Digital Commerce: Lejos de la integración multicanal. Según los datos facilitados por la CNMV (Comisión Nacional del Mercado de Valores), el comercio de productos y servicios por medios digitales aumenta en España a un ritmo del 30% en facturación. Son cifras que no permiten mirar hacia otro lado y en algunos aspectos, como los procesos de automatización para la gestión de pedidos, las empresas españolas han afrontado el reto con éxito y muestran un elevado grado de madurez e implantación elevada. Sin embargo, en otros aspectos aún queda mucho recorrido: solo una de cada tres compañías tiene integrado el canal online con el físico, en un momento en el que los clientes demandan experiencias integradas y multicanal. Y son pocas las que abordan el comercio digital apoyándose en agentes externos con gran posicionamiento en el mercado: tan solo un 13% de las compañías están integradas con otras plataformas de comercio electrónico (como Amazon o Booking).

Tan solo un 13% de las compañías están integradas con otras plataformas de comercio electrónico (como Amazon o Booking) – final digital commerce

Digital Innovation: Buena voluntad y poca estrategia. La innovación, clave para transformarse, está formalizada en un buen número de empresas españolas, pero falta estrategia y aplicación de recursos de modo más sistemático y menos voluntarista.

Digital Processes: Centrados en los procedimientos conocidos. La digitalización de los procesos es mayor en las áreas más tradicionales y en las que la organización tiene mayor experiencia: backoffice y la automatización de la cadena de suministro. Sin embargo, otros procesos más transformadores y actividades de generación de nuevo valor para la compañía, como la innovación o el trabajo colaborativo, tienen un grado de digitalización menor.

Digital People: Inmigrantes digitales. Los directivos de las compañías españolas todavía tienen un conocimiento relativamente bajo sobre las tecnologías y su potencial, en buena medida porque son inmigrantes digitales. El grado de conocimiento de los directivos de negocio en tecnologías digitales obtiene una puntuación de 5,1 (según la propia valoración que realizan los CIO), una nota pobre para el importante proceso que tienen que abordar.

Digital Management: Poca cultura colaborativa. En la empresa española existe ya un amplio despliegue de herramientas de colaboración ‘diferida’, como compartición y colaboración de documentos, que alcanza una penetración del 91%. Pero es aún incipiente la presencia de soluciones de colaboración basadas en comunicaciones unificadas, que permiten integrar y combinar diferentes tecnologías de colaboración directa. Además, no hay una estrategia corporativa definida para aprovechar el valor de la información. Aunque un 88% de las empresas ve Analytics como una fuente de ventajas competitivas, la definición de una arquitectura analítica corporativa se queda en el 50% y solo un 31% tiene una estrategia al respecto.

La definición de una arquitectura analítica corporativa se queda en el 50% – final digital management

Digital Infrastructure: Una evolución aún necesaria. La plataforma TIC presente en las corporaciones españolas no está completamente adaptada a las necesidades que exige el paradigma de la transformación digital. Aunque el puesto de trabajo tradicional está movilizado, no siempre existe la posibilidad de acceder a las aplicaciones desde cualquier dispositivo y la presencia de servicios de nube pública es todavía relativamente baja. Son solo algunos de los indicadores que reflejan la necesidad de abordar una transformación más profunda de las infraestructuras, para que de modo más intensivo sean el soporte que facilite la digitalización.

Conclusiones: Mucho por hacer. La empresa española es consciente de la importancia de abordar la transformación digital y muestra preocupación por incluir los cambios requeridos en su estrategia. Sin embargo, el nivel de adopción en muchas de las áreas que son un indicativo de la buena marcha de esa transformación es aún moderado. En general, nos encontramos con cierto desconcierto en la definición de estrategias y un liderazgo difuso, que repercuten de modo directo en el proceso y ralentizan la implementación de medidas reales. La tónica en casi todas las áreas está siendo la de adaptar lo que ya se tiene y se conoce (los procesos, las herramientas, los perfiles profesionales…), sin realizar un enfoque disruptivo que contribuya a transformar la cultura empresarial y ayude a dar un salto global hacia la digitalización. 2017 debería ser el año en el que la empresa española pierda el miedo y abrace por fin la verdadera transformación digital.

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Redacción

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