¿Tienes en cuenta el factor humano a la hora de gestionar proyectos?

Clara Gonzálvez, Consultora de estrategia y operaciones, de Bip, Business Integration Partners.

Publicado el 25 Sep 2015

Clara Gonzálvez, Consultora de estrategia y operaciones de Bip

Si en tu trabajo te dedicas a la gestión de proyectos, te aconsejamos que continúes leyendo el artículo. En las próximas líneas no voy a desvelarte nada sobre la gestión de proyectos, pero sí al menos contribuir a arrojar un poco de luz sobre algunos de esos factores y elementos olvidados en el día a día de la Gestión de Proyectos.

¿Qué importancia le otorgas tú, como gestor de proyectos, a las personas que conforman tu equipo de proyecto? Seguramente varios coincidiremos en la importancia de los recursos humanos o el peopleware a la hora de llevar a cabo un proyecto, pero quizás pocos aprecian cómo de determinante es el factor humano en la dirección de proyectos.

El líder exitoso debe entender y aplicar el principio del esfuerzo cooperativo y ser capaz de inducir a sus seguidores a hacer lo mismo. El liderazgo exige poder y el poder exige cooperación” – Napoleón Hill

Lo cierto es que aunque debemos tener en cuenta un sinfín de ámbitos de análisis en la gestión de proyectos (ya sabréis, un alcance bien delimitado, una planificación correcta, un timeline y presupuesto razonables…), las personas pueden ser la clave del éxito de un proyecto. Según el Project Management Institute (PMI), el 70% de los proyectos no se implanta en forma o plazo (y esto es, o puede ser debido, a la falta de alineación de los objetivos en el equipo). Tener en cuenta los recursos humanos a la hora de implantar un proyecto es el objetivo de la teoría de Gestión del Cambio. Para esta disciplina, la gestión de las personas es más que la gestión de los recursos humanos, es la gestión de las expectativas, las habilidades, capacidades y riesgos ligados a los individuos que conforman un proyecto dentro de una organización.

Si bien los gestores del cambio tienen siempre presente esta perspectiva, ¿por qué la mayor parte de los jefes de proyecto se olvida de analizar la importancia de la gestión de las personas en sus proyectos? La causa quizá la encontremos en que algunos jefes de proyecto dan por hecho la adecuación de sus recursos humanos a las necesidades de su proyecto. Es difícil responderse a la siguiente pregunta: ¿tengo a las personas que necesito para ejecutar este proyecto? ¿Están suficientemente capacitadas y motivadas para llevar a cabo su actividad?. La gran mayoría de las organizaciones parte de la teoría de la auto-motivación de los trabajadores en un proyecto, y en algunos casos también se asume la teoría de la auto-información. La realidad nos dice que esto no es así, y que los individuos no se motivan ni se informan de manera autónoma y aislada. Una de las principales tareas de un jefe de proyecto es comunicar a sus recursos el cometido que tienen todos ellos, los objetivos del proyecto, la dirección que deben alcanzar, el método que se utilizará, etcétera.

La llave del éxito de un proyecto puede resultar tan sencilla como en comunicar información adecuada en tiempo y forma a todos los colaboradores. Cuando nos referimos a la motivación que debe existir en un equipo de proyecto, la idea de fondo reside en la capacidad de implicar y hacer partícipe a todo el equipo de los resultados del proyecto: convertir al equipo en responsable único y último de los éxitos (y también fracasos) del proyecto. Solo así se consigue un equipo suficientemente capacitado, automotivado y auténtico líder de su proyecto. Para ello, la figura del jefe de proyecto es clave en esta apuesta por la motivación. El líder debe, para ello, desarrollar habilidades como la comunicación, la empatía, el liderazgo, la creatividad y asertividad. Existe un concepto en literatura de management que define a la perfección el concepto de lo que debe ser esta cualidad inspiradora de los jefes de proyecto: el empowerment o la capacidad para empoderar a los miembros de un equipo. Todos los miembros de un equipo deben empoderarse en la medida de su rol, de sus funciones definidas. Para ello, es clave implicar en la definición de los roles a todos los integrantes del equipo: de su capacidad para entender su rol y sus tareas dependerá en buena medida el correcto desempeño de sus funciones (una vez más, la importancia de la información y la comunicación). No se trata de orientar nuestro proyecto a los recursos humanos únicamente, sino de no perder la perspectiva de la necesaria gestión del cambio.

La idea es considerar a las personas capaces de gestionar el cambio que supone un proyecto, saber extraer lo mejor de cada una de ellas y permitir que aporten al proyecto en función de sus capacidades y fortalezas. La idea, como ilustraba Donoso Cortés, es “unirse, pero no para estar juntos, sino para construir algo juntos”. Solo así conseguiremos que los logros de una organización sean el verdadero resultado del esfuerzo combinado de cada individuo. Como ya predijo Virgina Burden, “la cooperación es la convicción plena de que nadie puede llegar a la meta si no llegan todos”. Solo así conseguiremos que los logros de una organización sean el verdadero resultado del esfuerzo combinado de cada individuo.

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Redacción

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