PUNTO TIC: Una teoría del copy paste

La innovación es una gran aliada contra el aburrimiento y otras frustraciones.

Publicado el 18 Abr 2023

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Recuerdo en mi infancia de colegio franquista tardío que cualquier norma que te saltaras, por liviana que pareciera a un párvulo como yo, era sancionada con un demoledor castigo, escribir cien veces con letra caligrafiada: “No volveré a hablar en clase” o “escucharé siempre al profesor”. Pero el castigo no solo era terminar con la muñeca dolorida, sino que la desazón se multiplicaba al ver a mis compañeros de clase jugar a la pelota en el patio, mientras yo me apresuraba a cumplir mi condena que no parecía terminar nunca, tirado en el suelo. Mi natural pragmático buscaba aliviar este trabajo (digno de Hércules para mis entendederas) utilizando dos o tres bolígrafos al mismo tiempo, intercalándolos alternativamente entre los dedos de la mano derecha.

Cuando años después utilicé el primer ordenador y el procesador de texto, y descubrí la función ‘copy paste’ no pude por menos que rememorar aquellos castigos del colegio

El resultado era relativamente bueno, pero al final me acababa cansando más si cabe y no terminaba de ser muy práctico. Luego optaba por escribir las palabras por columnas, algo que me daba agilidad pero que descomponía la rectitud de los renglones. Felizmente terminaba el trabajo como podía, a veces hecho un churro, y el profesor procedía a perdonar con magnanimidad, satisfecho por verme doblegado y servil. Cuando años después utilicé el primer ordenador y el procesador de texto, y descubrí la función ‘copy paste’ no pude por menos que rememorar aquellos castigos del colegio y pensar, ingenuamente, cómo habrían cambiado las cosas. Y es que el copy paste, amén de las connotaciones de plagio y derechos de autor que en ningún caso son justificables, tiene algo de mágico de reproducir hasta el infinito un objeto o una idea, sin más esfuerzo que un atajo de teclas.

Para un periodista o un escritor, el copy paste le da grandes posibilidades a la hora de retocar sus textos y mover párrafos, para terminar redondeando su obra. Aquellos niños éramos de alguna manera innovadores, buscábamos aliviar las tareas repetitivas como ahora lo hacen los bots y la inteligencia artificial. Y es que la innovación es una gran aliada contra el aburrimiento y otras frustraciones.

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Rufino Contreras
Rufino Contreras

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