El mundo se ha visto de nuevo sacudido por un ciberataque global, aunque de menos proporciones que el ya popular WannaCry. Se trata de una variante de ransomware conocida como Petya o Petwarap, que exige 300 dólares a cambio de una llave con la que desencriptar los archivos robados.
Los expertos señalan que Petya es más sólido que WannaCry y que aprovecha la misma vulnerabilidad de Windows, conocida como EternalBlue, que fue publicada por Wikileaks, tras haber sido robada por un grupo de hackers conocido como Shadow Brokers.
Como suele suceder en este tipo de casos, reina la confusión dado que no las empresas no suelen ser transparentes para evitar que se desprestigie su marca. Fuentes de El País señalan que Ucrania ha sido el país más afectado, con ataques al metro de Kiev y a instituciones gubernamentales. Otras grandes compañías que han sido atacadas son la francesa Alcampo, la farmacéutica Merck y la multinacional danesa Maersk.
Los investigadores han rastreado 30 transferencias de bitcoins, la moneda virtual que se utiliza en estos casos, en un montante calculado de 7.600 dólares, y evidentemente se trata de pagos anónimos con lo que no ha trascendido la identidad de las empresas pagadoras.
