El conocido CEO de Tesla, Elon Musk, ha confirmado que su fábrica en Nevada fue blanco de un ataque cibernético que fue frustrado con el arresto del conspirador la semana pasada. El ciudadano ruso Egor Igorevich Kriuchko, fue presentado en el Tribunal de Distrito de los Estados Unidos en Los Angeles, donde fue detenido a la espera de juicio.
El Departamento de Justicia de los Estados Unidos dijo que Kriuchkov, de 27 años, había ofrecido a un empleado de “una empresa con sede en Nevada un millón de dólares para ayudar a implantar malware en la red de la compañía”. Según el atestado, el empleado abordado por Kriuchkov era un ciudadano de habla rusa y no estadounidense, con acceso a las redes informáticas de Tesla. Este empleado rechazó la oferta y lo denunció a Tesla que se puso en contacto con el FBI.
Según el Departamento de Justicia, Kriuchkov había llegado a los Estados Unidos con una visa de turista el 28 de julio. Conoció al empleado de Tesla en Reno en la primera semana de agosto, y le confesó haber trabajado para un grupo que había llevado a cabo ataques cibernéticos exitosos contra empresas privadas en el pasado, incluyendo uno en el que su grupo recibió 4 millones de la víctima.
Kriuchkov le pagaría medio millón al empleado por instalar malware en la red de Tesla, un malware destinado a robar información sensible y para buscar un rescate de la empresa. En una reunión posterior, el grupo accedió a subir su oferta a un millón de dólares. El presunto conspirador también le dijo que su grupo lanzaría ataques DDoS contra Tesla para distraer a sus equipos de seguridad. El FBI arrestó a Kriuchkov el 22 de agosto, cuando intentaba huir del país.
