Smart cities y comunidades de vecinos inteligentes

Los administradores de fincas, como gestores de estas comunidades, son los mediadores del cambio y ya ponen a disposición de los residentes sistemas de decisión inteligente.

Publicado el 18 Nov 2015

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En la actualidad, el concepto de smart cities no resulta extraño para casi nadie y se relaciona, normalmente, con la administración pública. Pero las ciudades inteligentes comienzan a construirse desde los cimientos. Los hogares de sus habitantes y las comunidades que forman con sus propietarios son las primeras piedras de las ciudades inteligentes del futuro.

La gestión pública inteligente es importante pero los ciudadanos quieren más y reclaman que sus viviendas también lo sean. La generación 3.0 es un público online que exige nuevas formar de mantenerse informado; la comunicación ya no es uno –uno sino uno-grupo y la integración de procesos es un elemento fundamental“, explica Enrique Sánchez, director general de IESA, empresa proveedora de soluciones tecnológicas con más de treinta años especializados en el sector de la administración de fincas.

Se considera que una ciudad es una smart city cuando aborda, desde la perspectiva digital, alguna de estas iniciativas: transporte, residuos, e-sanidad, energía o gobernabilidad, según un informe de la Dirección General para políticas internas del Parlamento Europeo. Teniendo esto en cuenta, España cuenta con una de las mayores redes europeas, con 65 urbes formando parte de la Red Española de Ciudades Inteligentes (RECI) y un presupuesto de 152,9 millones para seguir construyéndolas.

Pero, ¿qué ocurre cuando nos vamos a casa? En el ámbito comunitario, priman factores parecidos a los que se buscan en las urbes. Edificios diseñados para ser más eficientes y que controlan la temperatura y la emisión de gases invernaderos, portales con elementos de seguridad integrados, ventanas inteligentes que detectan el frío y el calor o sistemas de iluminación automáticos son sólo algunas de las características que ya podemos encontrar.

Los administradores de fincas, como gestores de éstos, tienen en su mano la posibilidad de construir comunidades de vecinos 3.0 a la medida de lo que sus residentes quieren y de la forma que piden: juntas de propietarios en streaming, votos online, encuestas sobre elementos comunitarios, reservas de espacios comunes vía app, modificar los datos personales online o dar de alta una avería y que esté integrado con los sistemas del proveedor o aseguradora…

“En Estados Unidos ha empezado a desarrollarse la figura del facility manager que se encarga de gestionar buenos acuerdos con proveedores, conseguir ahorros y asegurarse del correcto funcionamiento y parametrización de la tecnología y robótica para la reposición adecuada del abastecimiento del edificio”, resume el director general de IESA.

Gracias a las nuevas tecnologías se ha abierto el abanico de oportunidades. Detectar una desviación en el gasto de calefacción o un consumo excesivo de luz, gestionar las plazas de garaje de vehículos ajenos a la finca o recibir un aviso cuando se detecte algo extraño en una de las cámaras de las zonas comunes ha pasado de ser una ficción a convertirse en una realidad de la que ya disponen los administradores.

Así, estos profesionales están poniendo en marcha nuevas formas de gestión, de presentar la información y de adaptarse al futuro al servicio de los residentes. “Los ciudadanos quieren utilizar los medios tecnológicos disponibles para optimizar sus gestiones y su tiempo. Los administradores 3.0 les ofrecen la posibilidad de elegir constantemente”, concluye Enrique Sánchez.

Esto es sólo el principio de lo que está por venir. ¿Quién sabe si dentro de algunos años encontraremos casas que se abran con la huella de la mano de sus propietarios o con el escaneo del iris de sus ojos, ascensores que identifiquen a viajeros o garajes que aparquen solos los coches? De momento, las smart cities las construyen los habitantes ‘inteligentes’, y los administradores de fincas son los mediadores del cambio presente y futuro.

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Redacción Computing

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