La Ley Moore cumple 50 años

El legendario directivo de Intel, Gordon Moore, predijo en 1965 que los transistores reducirían su coste y aumentarían su rendimiento de manera exponencial. Los hechos le han dado la razón.

Publicado el 27 Abr 2015

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Durante los últimos 50 años, la Ley de Moore y los cada vez más
pequeños procesadores de Intel han sido la fuerza invisible tras las increíbles innovaciones que han transformado el mundo en el que vivimos.

En entrevistas a varios medios, el experto evocaba los momentos más significativos en la evolución tecnológica de los microprocesadores, en la que ha sido un destacado protagonista.

A principios de la década de los 60 estábamos desarrollando la tecnología de semiconductores, haciéndola cada vez más práctica. Era una tecnología difícil de implementar con las herramientas que teníamos disponibles entonces. Me convertí en director de I+D en Fairchild Semiconductor. Contemplé los pocos chips que habíamos fabricado hasta entonces y me di cuenta que habíamos pasado de tener un solo transistor en un chip a un chip con cerca de ocho elementos – transistores y resistencias – En el laboratorio se estaban creando chips con cerca de 30 elementos y contemplábamos la posibilidad de fabricar chips con el doble de esa cantidad, alrededor de 60 elementos en un único procesador. Plasmé estos datos en un trozo de papel con una línea temporal que empezaba en 1959 y me di cuenta de que, en esencia, estábamos duplicando los componentes cada año. Así que hice una extrapolación salvaje y aseguré que seguiríamos duplicando elementos cada año, pasando de unos 60 en aquel el momento a 60.000 en 10 años. Se podía ver que la tendencia estaba yendo en la dirección que iba a permitir que, con el tiempo, fuera más barato.Ése era mi objetivo real: dar a conocer que teníamos una tecnología que iba a permitir que la electrónica fuese barata. Pero no me esperaba que este orden de magnitud aumentase tanto, y que el aumento en la complejidad fuese a ser muy preciso. Sólo pensé que era una tendencia general. Pero, de hecho, resultó ser mucho más precisa de lo que podría haber esperado. Y al final de esos 10 años, si no teníamos 10 duplicaciones de la cantidad de elementos en un chip, al menos teníamos nueve.Así que uno de mis colegas – creo que fue Carver Mead, profesor de Cal Tech – llamó a esto la ‘Ley de Moore’, un nombre que ha permanecido más allá de lo

Ley Moore

que, creo, que podría haberse imaginado”.

El impacto de la llamada Ley de Moore ha cambiado con el tiempo. Al principio, era sólo una forma de establecer la crónica del progreso en esta industria. Como recuerda, “hacíamos chips cada vez más complejos. Se podría decir que seguíamos aumentando la complejidad”. Pero, poco a poco, la Ley de Moore se convirtió en algo que los diversos participantes de la industria reconocían que les obligaba si querían permanecer o, cuando menos, no quedarse atrás tecnológicamente hablando. Con el fin de mantenerse a la vanguardia, donde la mayoría de las ventajas de la tecnología de semiconductores son explotadas, tenían que moverse tan rápido como predijo la Ley de Moore. Tuvieron que estar donde las dimensiones eran cada vez más pequeñas y los chips cada vez más grandes según iba siendo necesario. Así, pasó de ser una forma de medir lo que había pasado a algo que era una obligación en la industria. “Tenías que ser, al menos, tan rápido como dictaminaba la Ley de Moore, o te estabas quedando atrás”, puntualiza.

En un artículo de 1965 Moore predijo una variedad de cosas, desde relojes hasta ordenadores personales o radares de disposición en fase. Al releer ese artículo, el experto se sorprende por la manera tan precisa en la que sus predicciones se han hecho realidad.

Cronograma Ley de Moore

“Si pienso en una innovación que no había previsto en aquel entonces, supongo que lo que realmente me ha sorprendido es la importancia de Internet. Sabíamos que los ordenadores hacían cosas útiles. Sabíamos que mejorarían. Pero nunca me di cuenta de lo importantes que iban a ser como un medio de comunicación, impulsados principalmente por Internet. No puedo pensar en otra innovación que sea comparable.”

Hoy en día, el espíritu de innovación dominante desencadenado por la Ley de Moore sigue transformando, no solo la industria tecnológica, sino también el mundo. Jóvenes makers, entusiastas inventores, aspirantes a científicos o doctores, y un sinfín más seguirán sorprendiendo al mundo con ideas y avances que ahora mismo ni podemos imaginar.

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Redacción Computing

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