Lo que no se mide no existe

Es necesario fijar indicadores para mejorar el software.

Publicado el 10 Abr 2018

Cristina Álvarez, Global Advisor de CAST

Por Cristina Álvarez, Global Advisor de Cast.

Las personas que habéis trabajado conmigo me habréis oído pronunciar esta frase en numerosas ocasiones. Como gestora, me ha obsesionado siempre poder tener una manera de entender cómo estábamos trabajando en un tema, poder compararnos con otros y, en definitiva, saber de forma objetiva si había avance o no.

La mitad de mi carrera en el sector de las telecomunicaciones y la tecnología ha sido en puestos relacionados con la red, y la otra mitad en puestos de TI. Siempre me ha llamado mucho la atención la diferente manera de enfocar los proyectos y los retos, cuando en muchos casos la tecnología subyacente era la misma.

En la red el número de estándares es enorme (ETSI, 3GPP…), y esa es la base de la no discusión de muchas cuestiones. ¿Sigue el estándar o no? ¿Qué calidad tenemos respecto a lo que dice el estándar? ¿Cómo están nuestros competidores? Es cierto que siempre había extensiones propietarias, que cuando te enfrentabas a hacer las pruebas de interoperabilidad entre proveedores y operadoras, discutíamos un rato, pero al final siempre se encontraba solución porque la base era estándar.

Esto ha permitido un crecimiento de las redes y una interoperabilidad desde el GSM, que de otra manera hubiera sido imposible. Además, y para mí más relevante, ha permitido que la discusión de negocio estuviera en lo importante: velocidad de despliegue, estrategia del mismo a nivel comercial, optimización de costes (pero sin renunciar a la calidad que marca el estándar), interoperabilidad con otros operadores.

Cuando aterricé por primera vez en el mundo de TI como CIO en Vodafone, y más adelante en Telefónica, me llamó mucho la atención la importancia de la percepción en la calidad de la actividad alrededor del mundo del software y los sistemas. Desde casi cualquier área de la compañía se hacían valoraciones de si estaba bien o mal la velocidad del desarrollo, la calidad del servicio, el coste con el proveedor… Y cuando tratabas de profundizar te encontrabas con la falta de una manera común y acordada, de medir gran parte de tu actividad alrededor del software.

Esto desde mi punto de vista ha hecho mucho daño a los equipos de TI y a los proveedores de software, porque nos ha llevado en ocasiones a ser un centro de coste en el que el único parámetro importante era hacerlo más barato. ¿De qué vale tener un PMJ (Precio Medio por Jornada) muy bajo cuando en coste total de tu desarrollo es alto y nadie lo mide, o te está provocando unos plazos elevados, o una escalabilidad deficiente?

El mundo del software TI debería aspirar a poder tener sus indicadores asumidos y reconocidos, porque sería el mejor síntoma de que como sector hemos madurado

Creo que esto es un síntoma claro de un sector y una industria inmadura, donde los CIO, los equipos de tecnología y los proveedores de software, hemos sobrevivido muchos años porque era lo que hacía todo el mundo.

Es por eso que cuando descubría a través de CAST, que existía CISQ (Consorcio para la calidad del software de TI), creado por el Instituto de Ingeniería Software de Carnegie Mellon, y el OMG, empecé a interesarme por este asunto de cómo profesionalizar la construcción y gestión del software de TI.

Creo que como industria, a todos los actores nos interesa tener unos indicadores comunes de cómo hacemos nuestro trabajo alrededor del software, sobre todo ahora que la gran revolución digital viene de la mano del software. El objetivo final es hablar de negocio y de lo que necesita una empresa para competir, y tener una base común de entendimiento estoy segura de que ayudaría.

Es bueno, en primer lugar, para que los equipos de TI, sean arquitectos, desarrolladores o gestores, puedan conocer cómo están haciendo su trabajo, con indicadores objetivos alrededor de la robustez, la seguridad, la capacidad de cambio, el movimiento a la cloud… y se planteen objetivos de mejora continua, que tan bien encajan con las nuevas formas de construir software (agile, DevOps, etc.).

Es bueno para los CIO y responsables de TI para tener indicadores comparables en su industria, poder objetivar cómo está uno de los principales activos de su compañía de cara a tener conversaciones sobre dónde y por qué invertir en software.

Es bueno para los proveedores de software y los CIO, porque se pueden establecer relaciones transparentes basadas en indicadores objetivos. n

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Redacción

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