“Precioso”, “Bonito”, “Realmente útil” y “Genial” son algunos de los elogios publicados en las críticas sobre Apple Watch y el nuevo dispositivo, a pesar de no ser el primero del mercado, tiene el potencial de llegar a ser tan omnipresente como el iPhone o el iPod.
Sin embargo, la expectación de Apple Watch plantea interesantes retos para los responsables y gestores de la tecnología en la empresa. El reloj de Apple puede ser el aviso del tsunami que se nos avecina de dispositivos inteligentes y wearables del llamado “Internet de las cosas” en el lugar de trabajo, lo que podría suponer nuevos riesgos para la privacidad de los datos y la seguridad corporativa.
Es muy probable que los primeros Apple Watch en el trabajo sean personales, pero estos dispositivos serán capaces de interactuar con las redes corporativas y acceder, descargar y almacenar datos de la compañía. Otros wearables vienen con cámaras incorporadas y, de hecho, una de las características más interesantes de Apple Watch es la capacidad de controlar los dispositivos iPhones a través de una conexión remota.
Por eso, los departamentos de TI deben preocuparse sobre el impacto que puede tener el Apple Watch en las oficinas, porque a pesar de que muchas organizaciones ya han adoptado políticas BYOD, van a aparecer nuevos interrogantes. Entre ellos, encabezan la lista: ¿es apropiado permitir la conexión entre los dispositivos wearables y las redes empresariales? ¿Y si el nuevo dispositivo está sincronizado con un smartphone que ya tiene acceso?
Teniendo en cuenta eso, según un estudio de Aruba Networks, la nueva generación de jóvenes empleados, apodados #GenMobile, esperan que la movilidad en el trabajo sea un hecho, por lo que cualquier intento de prohibir los dispositivos en el trabajo será una medida muy impopular. De hecho, casi dos tercios de los encuestados han admitido que los dispositivos móviles les ayudan a gestionar mejor tanto su trabajo como su vida personal.
Si se toma la decisión de aceptar el uso de Apple Watch y otros dispositivos wearables en la compañía, ¿existen políticas de BYOD que controlen suficiente el uso de los datos corporativos? ¿serán necesarias nuevas políticas?
Al experimentar con estas políticas, los CIOs tienen que tener en cuenta el hecho de que habrá otros dispositivos basados en el “Internet de las cosas” que pueden estar en la ropa de los empleados o, incluso, en el material de oficina. De hecho, el acrónimo “BYOD” será próximamente remplazado por “BYOX”, siendo la “X” el equivalente a “prácticamente cualquier cosa”.
Una vez que las políticas han sido modificadas apropiadamente, los CIO ya pueden poner su atención en la red de comunicaciones. Ya existen soluciones para empresa que pueden conseguir que cualquier dispositivo móvil se conecte a la red Wi-Fi corporativa de forma segura; dándoles visibilidad completa del número, la fuente y la frecuencia de los dispositivos móviles que están entrando en la red. Además, estas plataformas son también capaces de poner en marcha políticas de seguridad flexibles para analizar y actuar en el contexto de cómo un empleado usa los dispositivos móviles. Por ejemplo, un trabajador que está usando un Apple Watch para acceder a los datos de la empresa en una cafetería, no estará autorizado al mismo nivel de acceso que puede tener un empleado que usa el ordenador durante sus horas laborales. Depende del contexto, las diferentes políticas puede aplicarse para asegurar un equilibrio que permita combinar flexibilidad y seguridad.
Teniendo en cuenta estas consideraciones, los CIO tendrán que compatibilizar hábilmente los requisitos para llegar a unas políticas BYOX tolerante que sea la más apropiada para las necesidades de las empresas. Sin duda, Apple Watch no va a poner las cosas fáciles para conseguirlo, pero seguro que hace el reto más interesante.
