OPINIÓN

Más tiempo para curar: Cuando la IA se encarga de la conversación, los profesionales pueden volver a escuchar



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Los agentes IA están facilitando un rediseño profundo de la experiencia sanitaria

Publicado el 2 sept 2025

César de Quinto

Consultor Senior en IA e Hiperautomatización en Grupo Sermicro Digital



IA conversción

La revolución silenciosa de la IA conversacional en la sanidad: más cerca, más humana, más eficiente

Seamos sinceros. El sector sanitario vive bajo una presión constante. Por un lado, tenemos pacientes cada vez más informados que demandan agilidad; por otro, profesionales que sienten el peso de la saturación y sistemas que a menudo luchan con recursos limitados. En medio de este panorama, la inteligencia artificial (IA) basada en agentes se está convirtiendo, casi sin hacer ruido, en un aliado fundamental para el cambio. Más allá de los grandes titulares sobre robots y algoritmos complejos, lo que estamos viviendo es, en realidad, un rediseño profundo de la experiencia sanitaria. Y es que la llegada de los agentes inteligentes (que son cada vez más autónomos, empáticos y resolutivos) está llamado a transformar la manera en que pacientes, profesionales y centros de salud se relacionan.

La sanidad en plena transición: desafíos de siempre, soluciones que sorprenden

El reto es conocido por todos. Vivimos más años, pero a menudo acompañados de enfermedades crónicas. Si a esto le sumamos la escasez de personal médico, el aumento de los costes y una ciudadanía que espera inmediatez y transparencia, es evidente que los modelos de siempre ya no son suficientes.

Justo en este punto, la IA agéntica (una evolución de la IA conversacional clásica que combina lenguaje natural, orquestación de procesos y autonomía operativa) se presenta como la herramienta que puede marcar la diferencia. Capaces de actuar de forma proactiva, entender el contexto y tomar decisiones basadas en reglas o inferencias lógicas, estos agentes están ayudando a resolver desde la gestión de citas hasta el triaje clínico o el soporte postoperatorio.

Del Chatbot al asistente clínico inteligente: La historia de éxito de Regina María

Para que esto no suene a mera teoría, fijémonos en el caso de la red sanitaria Regina María en Europa Central y del Este. Han sido pioneros al integrar un asistente conversacional para todo lo que tiene que ver con la interacción con sus pacientes. Su agente virtual, llamado «MARIA», está disponible en la web y en la app móvil y es un cambio radical. Permite consultar resultados, agendar o cambiar citas, resolver dudas sobre facturas y acceder a información personal en tiempo real.

Gracias a esta solución, han logrado digitalizar el 80% de las interacciones, gestionando más de un millón de conversaciones al mes. Esto ha liberado a sus equipos de un torrente de llamadas repetitivas. Al combinar a MARIA con otras herramientas, como el verificador de síntomas y el asistente de gestión ANA, han conseguido ahorros muy significativos, recuperado cientos de horas de trabajo de sus médicos y optimizado los flujos de trabajo de la alta dirección.

Atención automatizada, personal y segura: El modelo de Optegra

Una historia de éxito similar la encontramos en Optegra, una red de clínicas oftalmológicas que está creciendo en el Reino Unido y Europa del Este. Se enfrentaban al desafío de escalar su capacidad de atender a más pacientes sin que los costes se disparasen. ¿La solución? Implementaron un agente conversacional por voz que se encarga de programar citas, verificar los datos del paciente, gestionar la logística del quirófano e incluso realizar el seguimiento postoperatorio.

Los resultados hablan por sí solos. Más de 2.300 pacientes gestionados automáticamente cada mes, miles de horas de trabajo clínico ahorradas y más de 6.500 iteraciones completadas mensualmente sin necesidad de que una persona interviniera.

Una plataforma tecnológica madura, certificada y pensada para la salud

Claro está que una transformación de este calibre solo se puede llevar a cabo si se cuenta con una plataforma de tecnología IA que cumpla a rajatabla con los más altos estándares de seguridad, confidencialidad, interoperabilidad y gobernanza que exige un sector como el sanitario. Y es aquí donde la confianza es clave.

En este sentido, nuestro socio estratégico DRUID AI se ha consolidado como un auténtico referente. De hecho, es el primer proveedor certificado por Microsoft como Software para IA Sanitaria en una vasta región que abarca Europa Central y Oriental, Oriente Medio y África. Este reconocimiento no es poca cosa, avala la madurez de su plataforma, que opera de forma nativa en Microsoft Azure y garantiza su capacidad para trabajar en entornos clínicos complejos, siempre protegiendo los datos y cumpliendo con las normativas más exigentes.

En este viaje, la clave es contar con un socio que entienda el terreno. Por eso, en España y Portugal, desde Grupo Sermicro Digital trabajamos como el partner estratégico de DRUID, ayudando a implantar esta tecnología en nuestro ecosistema sanitario, porque conocemos a fondo el contexto normativo, organizativo y cultural de nuestras instituciones.

Más allá de la simple automatización. Hacia una asistencia que pone a las personas en el centro

Pero si vamos al fondo de la cuestión, el impacto de estos avances no es solo operativo. El cambio más profundo y emocionante es que nos permiten volver a centrar la atención en lo que de verdad importa: el paciente.

Contar con agentes inteligentes que recuerdan un tratamiento, que ayudan a interpretar unos resultados o que resuelven dudas a cualquier hora del día y se integran en la conversación clínica sin fricciones está cambiando la forma en que las personas viven su atención sanitaria. Lejos de la idea de que la tecnología reemplaza a los profesionales sanitarios, lo que hace es liberarles de las tareas más monótonas. Les devuelve tiempo para lo importante: escuchar, diagnosticar y, sobre todo, acompañar.

Conclusión: IA al servicio del cuidado, no de la complejidad

La IA conversacional y agéntica no son un fin en sí mismo. Son el medio para devolver el toque humano a una sanidad que, paradójicamente, a veces se había vuelto impersonal por el peso de la burocracia y la saturación. Gracias a estos agentes, vemos cómo los procesos administrativos se vuelven más ligeros, cómo mejora la precisión en el diagnóstico inicial y, lo más importante, cómo se fortalece el vínculo entre el paciente y el sistema que debe cuidarlo.

Lo que hace poco parecía ciencia ficción es hoy una realidad en muchísimos centros sanitarios. Y esto es solo el principio. Nos dirigimos hacia una sanidad más ágil, más personalizada y, en definitiva, mucho más humana.

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