OPINIÓN

Es una cuestión de velocidad



Dirección copiada

Dotar de inteligencia a la nube es una etapa más en la transformación digital

Publicado el 30 dic 2025

Guillermo Arbelo

Director de Arsys Cloud Solutions



Recurso Velocidad

Si echamos la vista atrás, la velocidad está detrás de un buen número de los avances más revolucionarios de todos los tiempos.

Desde los más obvios, como la rueda o el motor de combustión, hasta la imprenta, que multiplicó la capacidad de producir y distribuir libros, y, por supuesto, toda la comunicación en tiempo real que nos ha traído Internet. La historia demuestra que la innovación siempre ha sido una cuestión de velocidad.

Y, ahora, en el constante proceso de transformación digital que vivimos, los ciclos de esta contrarreloj son cada vez más cortos y no resulta realista pensar en un plan estratégico a cinco o diez años.

Para el día a día de los equipos técnicos, esta carrera se aceleró cuando la virtualización y el cloud redefinieron por completo los entornos digitales.

Primero se separó el hardware de los sistemas y después el cloud nos liberó de la infraestructura física. Los nuevos modelos de desarrollo y puesta en producción del software han permitido al CIO responder al negocio al ritmo de las urgencias diarias.

Por contraposición, el CIO también se ha tenido que enfrentar a la imperiosa necesidad de mantener casi inamovibles los mismos entornos que, desde hace años, se encargan de las nóminas de los empleados o de la facturación de los clientes.

Esta dualidad entre pasado y futuro ha llevado a las empresas a gestionar una arquitectura ampliamente heterogénea e híbrida, combinando servicios cloud de diversos proveedores y entornos propios. Esta diversidad es hoy la norma, no la excepción.

Sin sacrificar agilidad, esta madurez que ha alcanzado el modelo cloud optimiza la factura tecnológica y ayuda al cumplimiento normativo.

También resulta más difícil de gestionar y controlar, especialmente cuando cada elemento utiliza sus propias herramientas, políticas de seguridad y estructuras de costes.

Porque el CIO, más allá de gestionar infraestructura, orquesta un ecosistema complejo donde se integran y colaboran desarrollo, operaciones, datos y seguridad.

Tecnologías agnósticas como los contenedores permiten homogeneizar todas esas complejidades bajo un entorno más uniforme y manejable, donde lo importante no es dónde se ejecuta la carga de trabajo, sino qué requerimientos cumple y cómo se despliega.

De la reacción a la anticipación

Con la nube consolidada como modelo operativo, parecía que no podíamos ir más rápido, pero la siguiente evolución pasa por intentar adelantarnos a lo que va a suceder.

Abandonar la gestión reactiva de los sistemas para centrarnos en un enfoque proactivo, donde la inteligencia artificial aplicada a las Operaciones IT permite analizar y correlacionar los miles de logs y métricas por segundo que generan los entornos digitales.

No solo se busca mantener el equilibrio óptimo entre el rendimiento y el coste de las cargas de trabajo, también identificar patrones anómalos antes de que afecten a los usuarios, automatizar la resolución de incidentes básicos y predecir picos y valles de demanda o tendencias del propio mercado.

Dotar de inteligencia a la nube va más allá de configurar reglas estáticas (“si el uso de CPU supera el 80%, añade un servidor”), sino de conseguir que los equipos técnicos puedan entender y anticiparse a lo que va a ocurrir en su infraestructura.

Transformar el negocio implica cambiar la forma de pensar y trabajar, porque cuando todo se mueve más rápido que nunca, anticiparse es la única ventaja competitiva

Smart cloud significa liberar a los especialistas de la presión operativa para que el talento de los equipos mantenga el foco en las iniciativas de mayor valor estratégico: desde mejoras en la experiencia del cliente hasta nuevas funcionalidades o pruebas piloto que antes no eran posibles por falta de tiempo.

Tenemos que ser conscientes también de que dotar de inteligencia a la nube es una etapa más en la transformación digital, al igual que lo ha sido la migración al cloud.

La transformación digital es un proceso de mejora continua que tiene mucho en común con la filosofía Kaizen. Transformar el negocio implica cambiar la forma de pensar y trabajar, porque cuando todo se mueve más rápido que nunca, anticiparse es la única ventaja competitiva.

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