Akamai Technologies Inc. ha dado un paso decisivo en la batalla contra la criptominería ilegal al presentar una innovadora técnica capaz de desmantelar redes maliciosas que operan de forma encubierta en sistemas de todo el mundo. Este avance permite a los defensores sabotear desde dentro las operaciones de los ciberdelincuentes, cortando de raíz sus ingresos y obligándolos a abandonar sus campañas.
La nueva metodología, desarrollada por el equipo de investigación de Akamai, se basa en el envío estratégico de “bad shares” —acciones de minería inválidas— a los servidores de minería utilizados por los atacantes. Esta maniobra provoca que los propios pools legítimos bloqueen automáticamente las direcciones de los ciberdelincuentes, expulsando así a los proxies y wallets maliciosos de la red sin afectar a los mineros legítimos.
Durante las pruebas, Akamai logró reducir a cero la capacidad de minado de una botnet activa desde hace seis años, que operaba a una velocidad de 3,3 millones de hashes por segundo. Esta acción supuso la pérdida inmediata de más de 26.000 dólares anuales en ingresos ilícitos para el atacante, utilizando únicamente una computadora portátil y la herramienta XMRogue, desarrollada internamente por la compañía.
“Este avance demuestra que es posible jugar con las reglas del atacante y desactivar sus operaciones desde dentro, sin dañar a los usuarios legítimos. Nuestra misión es anticiparnos a las amenazas y dotar a las organizaciones de las mejores herramientas para protegerse en un entorno digital cada vez más complejo”, destacó Francisco Arnau, vicepresidente regional de Akamai para España y Portugal.
Criptominería maliciosa
La criptominería maliciosa, o cryptojacking, se ha consolidado como una de las amenazas más persistentes y difíciles de rastrear debido a su arquitectura descentralizada y su capacidad para ocultarse en infraestructuras legítimas. La técnica no solo permite neutralizar estas redes, sino que también obliga a los operadores de botnets a reconstruir toda su infraestructura si desean continuar con sus actividades ilícitas, aumentando significativamente el coste y el riesgo de ser detectados.