2025 ha sido un año de asentar revoluciones tecnológicas. La inteligencia artificial ha llegado para quedarse y en muchas empresas la colaboración con los «copilotos» es ya tan habitual como escribir con teclado. Pero este año también está marcado por el salto cualitativo que han tenido que dar las empresas al adaptarse a la versión más reciente del sistema operativo de Microsoft: Windows 11.
Computing ha querido cerrar este año tomando el pulso a diferentes compañías acerca del estado real de su workplace y valorar cómo ha sido la evolución desde el covid-19. Para ello ha contado con el apoyo de Semic-Econocom y Microsoft.
Alfonso de Andrés, Director TI de Aenor, compartía que en su compañía se encuentran ante un reto importante puesto quelas auditorías las siguen haciendo igual que hace 20 años por la regulación que conllevan estos análisis. «Hemos podido instalar Windows 11 con todas las medidas de seguridad, pero aún falta securizar la IA para poder utilizarla. La IA la utilizamos para programar las auditorías y planificar; algunos equipos sí utilizan la inteligencia artificial para reclasificar de manera más eficiente», confirmaba de Andrés.
De la Entidad de Gestión de los derechos de Propiedad Intelectual de los productores fonográficos (AGEDI-AIE) acudió su Head of Sfotware Development, José Antonio Delgado, quien comentaba que estaban experimentando con cuidado por miedo a la fuga de datos y por una cuestión de coherencia: «Estamos en una lucha contra la IA por los derechos de la música, no puedes apoyar algo si estás en el juzgado contra ello».
Claudia Ardeleanu, responsable de IA del área de Workplace en Semic | Econocom, veía imprescindible crear la seguridad antes de comprar licencias abiertas de cualquier tipo de IA, además sostenía que en muchas empresas «permiten trabajar con la inteligencia artificial, pero capando donde no se quiere que entre la IA».
Del mundo farmacéutico acudió Antonio Velasco, CIO de AstraZeneca, quien afirmó que utilizan la IA en los ensayos clínicos, pero que «los entrega un humano, no la IA, porque el responsable del dossier siempre es una persona».
En AstraZeneca han desarrollado su propio ChatGPT en un entorno privado con diez modelos corriendo de tal manera que la información se queda en el entorno y está conectado a fuentes corporativas. «Damos la herramienta que el empleado necesita para evitar que acuda a otra externa«, sentenciaba Velasco.
El reto al que se enfrentan actualmente en la farmacéutica es la construcción de agentes puesto que tienen que luchar contra el shadow IT y la gobernanza.

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Explicar la IA con criterios lógicos
El sector bancario estuvo representado por el banco Pichincha y el banco Inversis. Del Pichincha participó en el evento Gema Perea, Directora de TI, Procesos y Transformación Digital. Perea decía que la IA se utiliza de manera muy controlada por la protección del dato y la transparencia que regula la banca: «Cada dato lo tenemos que ser capaz de explicar con criterios lógicos y no podemos decir que la fuente es que me lo ha dicho la IA». En el banco Pichincha para mejorar la experiencia de los empleados y de los usuarios sí están empezando a implementar la inteligencia artificial, pero siempre sabiendo que «la seguridad no es negociable«.
Jorge Navarro, Responsable del Área de Workplace del banco Inversis, apoyaba los comentarios de Perea acerca de la regulación y la securización de la información en la banca.
Un asunto relevante que salió en este momento de la tertulia fue que la eficiencia de la IA en ocasiones no se transforma inmediatamente en un ahorro diario. Por eso, Fabiola Zelaya, Head of E-Data for EMEA & SA en Beam Suntory creía que es importante «llegar con innovación a los comités para mostrar cómo y en qué usar la IA».
La IA: ¿enemigo del empleo?
Pero, ¿la IA va a quitar puestos de trabajo? Esta es la gran pregunta que se hacen numerosos trabajadores. Julio Muñoz, CTO de El Confidencial, comentaba que hay periodistas que usan la IA para acelerar la búsqueda de información, pero que muchos otros «no la quieren ni ver». «Estamos ante un problema de cambio cultural por el temor a perder el empleo, pero la IA se debe ver como un copiloto que sugiere ideas y elimina el temor a la página en blanco. Elimina la parte burocrática para que el periodista pueda general contenido bueno y centrarse en la investigación», afirmaba Muñoz.
Azucena Ruiz, Senior Partner Development Manager Windows Device Sales en Microsoft, afirmaba que el verdadero rol de la IA es el de ser «un compañero que libera de cargas automatizadas y por ello abre nuevos puestos de trabajo, no los elimina».
Para Ruiz no todo vale en la IA y hay que asegurar un uso ético y moral de las herramientas. «El usuario puede ser creativo, pero siempre tiene que asegurar la fuente y evitar alucinaciones», concluía.
El CTO de El Confidencial asentía y añadió que en el momento en el que los empleados «cambien el chip cultural llegará el problema de la gobernanza».

Los recursos, el hándicap del workplace
En FCC se encuentran en un momento de modernización para gestionar todas las plataformas. Según Claudio Escudero, Workplace/Service Desk Manager de la compañía, «está siendo un camino largo, pero con resultados muy satisfactorios». En FCC están realizando el parcheado de las plataformas y actualizando los gadgets con Microsoft. Respecto a la IA, no todos los usuarios tienen Copilot por el elevado coste que supone, sino que solo tienen las licencias aquellos que sacan partido.
Para Jorge Crespo, Responsable de Operaciones IT en Kynegos, «el problema es que los recursos son los que son y debemos hacer un estudio previo que por falta de tiempo no se hace y únicamente parcheamos».
En Kynegos decidieron no poner puertas al campo y para ello han tenido que hacer un esfuerzo en concienciación y cubrir la información de toda la compañía con la LGPD. «El usuario no debe ser la puerta del ciberataque, por eso tenemos alertas cada vez que entran donde no deben y trabajamos la concienciación», finalizaba Crespo.
La gobernanza fue el otro gran tema que surgió en el encuentro. En Merlin Properties se enfrentan habitualmente a certificaciones y auditorías y para ellos es esencial empezar por la gobernanza y el control de los riesgos asociados a la puesta en práctica de la IA.
Álvaro Ontañón, CIO de Merlin Properties, compartía que es complicado el control de los empleados puesto que «la IA es una herramienta que facilita la vida de las personas, por eso no podemos prohibirla, sino que todo el esfuerzo debe ir en concienciar». Para Ontañón la IA está democratizando la tecnología y «en muchos casos las propuestas con inteligencia artificial salen desde Negocio».
En la inmobiliaria han visto cómo otras empresas avanzaban y después reculaban, eso les ha ayudado a aprender por dónde ir y ser conscientes de que «un modelo no vale, no sirve el café para todos, y por eso tenemos 18 modelos de IA en activo», señalaba su CIO.
Con el aumento de la productividad y de la eficiencia que conlleva el uso de la IA, en la tertulia se planteaban qué se hace con ese tiempo libre. Cuando se mide el número de horas semanales ganadas hay que valorar si con ese tiempo se hacen más cosas o se emplea en tener más tiempo libre. La empresa querrá que se hagan más cosas en el mismo tiempo, el empleado posiblemente quiera tener más tiempo para él mismo.
Fernando Puente, Director Comercial de Econocom, finalizaba la ronda afirmando que un reto al que se enfrentan las empresas con las actualizaciones es con las máquinas de elevado coste: «No puedes tirar una máquina que cuesta 100.000 euros porque ya no tiene soporte». Respecto a la IA, Puente sostenía que el asistente IA ha venido para quedarse y está ayudando a monetizar el Negocio.
«También hay que ser consciente de que no por llegar primeros ese producto es el que va a perdurar con el tiempo. Tenemos el ejemplo en la pandemia con Zoom, Meats… al final el que ha perdurado es Teams que llegó algo más tarde, pero gestionaba todo el producto», sentenciaba Puente.
Los principales retos a los que se enfrentan las empresas en el ámbito del workplace son sobre todo las cuestiones de IA, seguridad de los dispositivos y el hardware que evite ataques de acceso e identidad del dispositivo. Para ello, además de contar con las herramientas y el soporte adecuado, es imprescindible que los empleados estén concienciados y haya una buena gobernanza del dato.







