El 64% de las grandes empresas prevé la fusión completa de sus departamentos de tecnología de la información (TI) y recursos humanos durante los próximos cinco años, mientras que un 31% anticipa una colaboración más estrecha, pero sin llegar a su integración formal. Así lo refleja un estudio realizado por Nexthink entre 1.100 directores de TI de grandes empresas de Europa y Estados Unidos.
Este replanteamiento de la estructura organizativa tradicional permitiría solventar los grandes problemas que está causando en las empresas la creciente complejidad digital en la que se mueven sus trabajadores y que está afectando a su satisfacción, productividad y compromiso.
Según el análisis de Nexthink, la media de aplicaciones que utilizan los empleados ha pasado de 6 en 2019 a 11 en la actualidad, una cifra que crecerá un 43% en los próximos tres años. En cuanto a la productividad, el estudio apunta en un impacto negativo cuyo coste anual estimado en Europa y Estados Unidos es de 430.000 millones de dólares.
Según el informe, el 85% de los encuestados apunta que la integración de los departamentos de tecnología y de recursos humanos permitiría reducir los retrasos en los proyectos de transformación digital (85%), una mayor tasa de éxito en dichos proyectos (94%), incorporaciones laborales más eficaces y rápidas (95%), una adopción más ágil de nuevas herramientas digitales (97%) y una mejora de la productividad, la retención y la satisfacción de los empleados (93%)
Además, un 40% de los responsables consultados defiende la creación de una nueva figura de liderazgo, como el Chief Experience Officer (CXO), que dirija un departamento unificado centrado en la experiencia del empleado. Este nuevo equipo asumiría competencias clave como la supervisión de la tecnología del puesto de trabajo, la automatización e Inteligencia Artificial (IA), la formación digital continua y el análisis de métricas de rendimiento laboral.
No obstante, la integración no está exenta de desafíos. Así, se señalan como principales obstáculos: la falta de definición de roles y responsabilidades (58%), escasa comunicación entre departamentos (50%) y prioridades dispares entre ambas áreas (49%). Aun así, más de la mitad de las organizaciones (52%) se declaran “muy preparadas” para iniciar este proceso.