Las acusaciones de que es objeto parten de un antiguo trabajador de Agilent Technologies, la empresa que se disgregó en 1999 de la matriz y que está especializada en instrumental médico.
En concreto, el ex empleado de nombre Robert Hindin asegura que buena parte de este material que comercializaba la multinacional no sólo era defectuoso sino potencialmente peligroso. Los hechos se remontan a 1996 y las máquinas afectadas se utilizaban para la aplicación y monitorización de anestesia y gases de respiración.
Como es lógico, los responsables de Agilent han negado en rotundo las acusaciones y ya se han puesto manos a la obra para contraatacar. De probarse la culpabilidad, la sentencia tocaría de pleno a la actual HP, puesto que los hechos se produjeron cuando formaban una única empresa. De hecho, Hindin ya cuenta en su haber con un juicio ganado a HP/Agilent, en 2002, por el que percibió 1,6 millones de dólares.
Hindin trabajaba como jefe de Producción hasta su despido por insubordinación e incompetencia, si bien él alegó mobbing, asegurando la instalación de una videocámara en su escritorio.
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