La apuesta de la compañía pasa, como explica Luis Dupuy de Lône, director comercial y de marketing de American Express, por cubrir dos demandas del usuario que van en aumento por un lado, la creciente tendencia al aplazamiento de los pagos de los bienes y servicios adquiridos con tarjeta de crédito; por otro, cubrir las necesidades del incipiente modelo B2C. En este último sentido, ante las posibilidades de fraude en el negocio on line, el modelo Blue asegura el compromiso de American Express de abonar en cuenta cualquier compra fraudulenta que se realice, como ya hacen directos competidores como Visa.
Según explica Héctor Cuéllar, presidente de American Express de España, el año pasado la compañía invirtió 250 millones de dólares en comercio electrónico. Esperamos que el 28 por ciento de los usuarios de Internet realicen compras on line a lo largo de 2001 y que se produzca un aumento en torno al 125 por ciento del volumen de compras. Cuéllar señala también que el mercado español es el tercero en el que se comercializa la tarjeta y ha sido su gran desarrollo en medios de pago el que ha hecho prioritario a nuestro país frente a otros europeos. El directivo asegura que las previsiones apuntan a tener en circulación un millón de tarjetas Blue en España en un plazo moderado de tiempo.
La tarjeta se comercializa previo pago de una cuota anual de 3.000 pesetas y los canales de distribución de Blue serán, principalmente, la venta y el marketing directo si bien cualquier persona puede acceder a la web española de la firma (www.americanexpress.es) para solicitarla.




