BRMS, tecnología para la mejora constante

Con el objetivo de difundir las ventajas que se derivan del uso de los sistemas BRMS, Ilog España reunió en Madrid a un centenar de profesionales TI que tuvieron la oportunidad de conocer las mejoras incorporadas a la nueva versión 6 de JRules.

Publicado el 29 Mar 2006

La tecnología de reglas de negocio (BRMS) vive un momento de expansión al calor de la creciente adopción de arquitecturas orientadas a servicios (SOA) y de la cada vez mayor exigencia de flexibilidad y rapidez a la hora de trasladar a los aplicativos los cambios de las políticas y modelos de negocio. En ese escenario, el proveedor de origen galo de componentes software, Ilog, se ha convertido en un jugador clave que está facilitando el avance de tendencias clave: como la utilización compartida y simultánea de esta tecnología por parte de los usuarios TI y de negocio.

Con referencias globales como eBay y Visa Internacional, y clientes locales de la talla de Metro de Madrid, Telefónica Móviles, el Ministerio de Defensa o el Hospital de la Paz; la tecnología BRMS de Ilog se constituye en una pieza fundamental para imprimir una filosofía de flexibilización y armonización entre las políticas de negocio y los sistemas TI. Y es que, como destacó durante su presentación el director general de Ilog España, Etienne Bertrand,

</em>En este sentido, las soluciones BRMS aparecen como el medio idóneo para materializar una aptitud de búsqueda permanente de una mayor eficiencia, que se traduce en un grado más elevado de automatización y transparencia. Así lo constatan los resultados derivados del uso por parte de más de 2.500 usuarios finales y un número superior a 500 ISVs de la tecnología BRMS de Ilog, que viene trabajando en este campo desde su creación en 1997 con el convencimiento de que <em>”la aplicación de la tecnología BRMS supone una ayuda sustancial a la toma de mejores decisiones con mayor rapidez con el objetivo de manejar los cambios y su complejidad asociada”</em>, en palabras de Bertrand.

Las ventajas que se derivan de la tecnología BRMS se aprecian en dos grandes vertientes. En primer lugar, en la toma de decisiones ya que <em>”en la medida en que somos capaces de explicar y tomar una decisión respecto a una determinada política, tenemos la capacidad de trasladar el proceso a una máquina liberando la capacidad de nuestros profesionales para que puedan dedicarse a otras tareas”</em>, explica Bertrand, quien añade que, por otra parte, el sistema se convierte en un mecanismo de mejora continua en tanto que <em>”las funciones de la máquina pueden enriquecerse cada vez que se descubren y formulan nuevas reglas de negocio”.</em>

<br />La propuesta de Ilog en este ámbito tiene nombre y apellido: Ilog Business Rules, una solución que permite ejecutar, monitorizar y auditar las políticas empresariales con el valor añadido de que, como señala Bertrand, <em>“posibilita la colaboración de todos los actores, no solamente de TI, liberando la capacidad de los especialistas para que puedan seguir estudiando las excepciones y definiendo las mejoras que posteriormente se incorporarán en los sistemas”.

</em>Estas funcionalidades son posibles gracias a que <em>“nuestro producto permite automatizar las políticas, las peculiaridades que en una determinada organización son norma o criterio a cumplir para, a través de nuestro motor de reglas, inyectarlo en los distintos sistemas donde es necesario explotar las reglas”</em>, explicó el director técnico de Ilog España, Eduardo Izquierdo.

Efectivamente, las reglas de negocio no son nuevas pero sí el modo en que pueden tratarse gracias a la tecnología BRMS. <em>“Tradicionalmente todos estos criterios siempre han existido y determinado la operativa de todas las organizaciones, pero sin embargo siempre estaban escritos dentro del código de las aplicaciones, quizás Cobol en el mainframe, quizás en las aplicaciones BPM o incluso en la base de datos”</em>, comenta Izquierdo, quien apunta que <em>“esta situación implica que cada vez que se quiere modificar una política, es obligatorio modificar códigos en distintos puntos que con frecuencia se encuentran diseminados a lo largo de toda la organización”</em>. La filosofía de Ilog supone un cambio radical en tanto que su tecnología permite, como afirma Izquierdo, <em>“gestionar desde un punto único todos los aspectos que se encuentran en las distintas aplicaciones gracias a un repositorio de reglas al que se conectan una serie de herramientas que posibilitan su visualización, modificación y ejecución por parte de las aplicaciones a las que estas políticas afectan”.<br /></em><br />En este contexto, Izquierdo llamó la atención sobre el reciente lanzamiento de la versión 6 de su producto JRules, que introduce un total de 50 mejoras, incluyendo importantes avances en materia de rendimiento y escalabilidad<em>. “El ámbito que menos cambia es el de ejecución, un componente que vive dentro de un servidor de aplicaciones Java o .Net”</em>, comenta Izquierdo, quien respecto al segundo componente, Rule Studio, que se dirige a los desarrolladores y facilita la integración con los datos o las bases de datos, llamó la atención sobre el hecho de que ahora se basa en la tecnología Eclipse, <em>“de manera que el desarrollo de reglas se basa en la misma filosofía que el desarrollo de aplicaciones Java en Eclipse”</em>. Adicionalmente y en total sincronización, destaca el nuevo Rule Team Server, que <em>“se trata de una aplicación web diseñada para instalarse dentro de un servidor de aplicaciones que, una vez parametrizada, constituye una herramienta de trabajo en grupo sobre las reglas de negocio”</em>, describe Izquierdo, quien enumeró entre otros posibles usos la visualización y extracción de reglas, su modificación, la elaboración de informes de su ciclo de vida, etc., disponibles en función de los permisos establecidos por el administrador.

Englobando todos estos componentes bajo las facetas RuleCare, enfocada al negocio; y RuleTech, dirigida a los departamentos TI, <em>“Ilog ofrece un motor de reglas de negocio genérico que no tiene el sabor de ninguna aplicación específica”</em>, subrayó Izquierdo, quien entre las fases de implantación de un sistema BRMS destacó una: <em>“la definición del modelo de negocio en el que se basan las reglas, que pueden integrarse bien con la base de datos de clientes y productos para, por ejemplo, definir una regla determinada en el caso de cierto cliente específico en determinado segmento; o bien con la base de datos de camiones, por ejemplo, para crear reglas dentro del sector transporte o logística”.

</em>En este sentido, no hay que olvidar que el motor de reglas es genérico y que no es necesario extender su uso a todos los ámbitos, sino sólo a aquéllos donde tenga sentido. En esta línea, hoy en día existe una tendencia clara hacia la utilización del motor de reglas en combinación con el uso de tecnología de motor de procesos y, en ese contexto, es necesario hacer un apunte ya que, como señaló Izquierdo, <em>“estas dos tecnologías son en cierta forma equivalentes en cuanto que permiten extraer la lógica del código fuente de las aplicaciones, pero hay que tener en cuenta que se refieren a cosas distintas: la lógica de un proceso, entendiendo por ésta qué es lo que hay que hacer, la manejan muy bien las herramientas de gestión de procesos; mientras que la lógica o la política que hay detrás de los procesos es el material con el que tratan los motores de reglas y nosotros proponemos hacer esa gestión única fuera de la herramienta de gestión de procesos, en primer lugar porque normalmente las políticas son las que cambian con más frecuencia”.

</em>Ante esta tendencia, Ilog se planteó la posibilidad de desarrollar una herramienta de gestión de procesos, así como la de adquirir alguna compañía experta en esta tecnología, pero finalmente ha optado por establecer acuerdo con partners especializados en la gestión de procesos, como es el caso de IBM, uno de los socios de referencia de Ilog.

En este punto, el responsable de BPM en IBM Software Group España, David Beltrán, apuntó los cuatro componentes básicos de la gestión de procesos. <em>“En primer lugar están las herramientas de modelado que permiten definir el modelo de negocio y modelar los procesos no sólo para tenerlos ordenados sino, también, para optimizarlos antes incluso de ponerlos en producción”</em>, explicó Beltrán. A la segunda fase, de ensamblado e integración, se suma el tercer componente, el servidor WebSphere Process Server, que <em>“incorpora lo que sus hermanos pequeños más el motor de procesos”,</em> apunta Beltrán, que hizo hincapié en el cuarto componente, WebSphere Monitor, <em>“que permite comprobar si se cumplen los objetivos, y garantizar la toma de decisiones adecuadas con la ayuda de un cuadro de mando”.<br /></em>

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Redacción Computing

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