Una vez más Microsoft se ha visto envuelta en una incidente. En esta ocasión se ha visto implicada la filial que la compañía posee en Brasil, que ha sido acusada de utilizar tráfico de influencias para hacerse con un contrato con el Ministerio de Educación del país por el cual podría vender 180.000 copias de su sistema operativo Windows.
La decisión tomada por el Ministerio el pasado mes de julio de poner en macha un plan de fomento de la informática en las escuelas públicas, se ha visto suspendida por la justicia, a petición de dos diputados y de la firma brasileña distribuidora de Linux, Contectiva, ya que de los 270.000 ordenadores asignados a distintos centros, al menos dos tercios de las máquinas funcionaban con Windows.
La acusación alega que el Ministerio está privilegiando a Microsoft, mientras que el gigante del software niega totalmente estas acusaciones.




