¿Cuál es la situación actual de la compañía tras la terminación del acuerdo con Vector?
Durante el pasado año la compañía estuvo buscando un socio que nos permitiera continuar invirtiendo en nuestro roadmap de producto y aprovechar nuevas oportunidades. Vector era una posibilidad que, además, nos permitía mantener la independencia considerando que había otros proveedores de software de mayor tamaño interesados en BroadVision. La elección de Vector como partner financiero era la mejor opción y fue un acuerdo bienvenido por el consejo pero, a pesar de ello, Vector no consiguió el 51 por ciento de los votos de los muchos accionistas que BroadVision tiene a lo largo del mundo gracias a la popularidad que tuvo y muchos de los cuales están fuera de EEUU. Sólo entre Alemania e Italia suman entre seis y siete millones de acciones y para alcanzar la mayoría Vector requería 17 millones.
¿Esa situación llevó al fundador de BroadVision, Pehong Chen, a asumir la deuda?
Eso nos dio una oportunidad para pensar más cuidadosamente sobre el futuro de BroadVision y, finalmente, Pehong llegó a la conclusión de que la propia compañía era el mejor destino posible de su inversión. Esta decisión ha contado con el soporte del consejo y, en mi opinión, hubiera sido la mejor desde el principio. Pehong ha aportado el dinero que iba a poner Vector algo menos porque hay que pagar su salida- y lo bueno es que se procederá a la conversión de la deuda en acciones de forma que, básicamente, no habrá deuda.
¿Qué cambia con la inversión de Pehong?
Nos permite cubrir los problemas financieros e invertir en el futuro. Hemos cometido errores y tomado decisiones equivocadas, pero en los últimos cuatro años hemos invertido más de 100 millones de dólares en desarrollar nuestra nueva plataforma tecnológica y, afortunadamente, esa inversión nos permitirá mejorar una situación que ha sido muy difícil en los últimos dos años. En ese sentido, ya hay síntomas que confirman que el mercado aprecia la decisión final; algunos de nuestros más grandes clientes habían estado retrasando sus decisiones respecto a BroadVision ante la incertidumbre y, tras la apuesta de Pehong, eso ha cambiado.
Por ejemplo, las Fuerzas Armadas Norteamericanas, uno de nuestros más grandes clientes, estaba retrasando la firma para la renovación de un contrato de mantenimiento y, tan pronto conoció la decisión, procedió a la firma así como al de otro contrato para la migración a la nueva tecnología. Lo mismo ha sucedido con Sears, que también ha invertido en la nueva tecnología y, en Europa, con Telecom Italia. La operadora estaba definiendo su arquitectura TI para los próximos años y tenía dudas respecto a BroadVision y Vector, pero tras anunciarse la decisión de Pehong, la tecnología de BroadVision se incluyó en su lista de plataformas.
¿Cómo ha quedado BroadVision tras su reestructuración?
Desde 2005 y coincidiendo con la reorganización, soy responsable de las operaciones en el conjunto de Europa, donde todavía mantenemos la división en tres regiones: por un lado están Reino Unido, Escandinavia y Benelux; por otro, Italia, Oriente Medio, Francia y España; y, luego el centro. Cada uno de estos países tiene un director general, que el caso de España, ahora es Manuel Ortiz.
Y ¿en cuanto al número de personas?
Ha habido una reducción importante. En Europa el país con más recursos era Reino Unido que llegó a contar con 100 personas. En España llegamos a ser 25 y hoy somos siete. En todo el mundo, BroadVision suma actualmente alrededor de 300 empleados.
¿Ha afectado esa reducción a la política de partners?
Siempre hemos confiado mucho en los partners y, ahora especialmente, no sólo por nuestro tamaño sino porque nos encontramos en la situación diferencial de ser una start-up que cuenta con clientes muy importantes. La estrategia de alianzas es clave porque tenemos una cantidad limitada de recursos, además el mercado ha cambiado y en estos momentos la ejecución tiene que estar muy especializada. En ese sentido, la nueva tecnología de Broadvisión tiene mucho que aportar ya que, al permitir el desarrollo de aplicaciones verticales, resulta mucho más fácil para los partners personalizar las aplicaciones que desarrollan.
¿Quiénes son los grandes socios de BroadVision?
Trabajamos mucho con Bea Systems y, de hecho, muchos de nuestros usuarios emplean su servidor de aplicaciones. También seguimos trabajando con HP, Capgemini y Accenture, pero estamos intentando focalizarnos en partners especializados en determinados sectores. En España y en esa línea, uno de los grandes nombres es Indra, que nos ofrece un foco muy específico en ciertos sectores como el de viajes.
¿Qué supone la compra de Plumtree por Bea?
Bea mira a nuestro mercado como un segmento muy importante ya que se ha dado cuenta de que el front-end es probablemente el componente más importante del mercado de soluciones e-business. Ya han intentado llegar a algunos de nuestros clientes pero, en primer lugar, ahora piden a los usuarios que olviden el portal de Bea porque tienen Plumtree, sin obviar que la integración de estas tecnologías no va a ser sencilla como ya comprobó SAP con TopTier.
¿Han conseguido en esta travesía no perder clientes?
Solía estar por encima de los 1.000 y actualmente está cerca de esa cifra, si bien el número de clientes activos, es decir, que renuevan el mantenimiento, es algo más bajo. En todo caso y de cara a este nuevo año, uno de nuestros principales objetivos es acercarnos más a nuestros clientes, de manera que muchas de las iniciativas de cara al futuro inmediato se dirigen a conseguir que nuestros clientes se sientan confortables y sean conscientes de que les escuchamos.
El valor de BroadVision radica en la experiencia acumulada tras 12 años haciendo e-busines; la tecnología es muy importante y hemos invertido mucho en la nueva arquitectura para asegurar que es compatible con los estándares, abierta y flexible, pero la experiencia es un valor aún mayor.
