Un informe anual de la Unión Europea confirma que el sector de las telecomunicaciones continúa siendo uno de los principales dinamizadores de la economía europea, y es que este segmento de negocio generó unos ingresos de 31 billones de pesetas (alrededor de 191.000 millones de euros) a lo largo del año que acabamos de despedir. El trabajo estima el crecimiento anual de los distintos mercados nacionales en aproximadamente el 9 por ciento, mientras que atribuye al segmento de telefonía de voz un incremento del 4 por ciento. El crecimiento atribuido a España, por su parte, oscila entre el 11 y el 14 por ciento.
La UE advierte de que la batalla por la desregulación total no ha acabado todavía en territorio del Viejo Continente e insiste en que la elevada penetración de los operadores dominantes en los distintos países se presenta como la mayor barrera para la incursión de nuevos entrantes en el escenario, especialmente en un momento en el que se suceden los retrasos en la apertura del bucle local de abonado y en el que operadoras como BT o Telefónica no muestran ningún interés por evitar tales demoras. En cualquier caso, los expertos de la industria creen que los usuarios europeos tienen ante sí un amplio catálogo de operadores y servicios en donde elegir y que los precios irán reduciéndose de forma progresiva.




