Días atrás salió a la luz el ‘Informe ePyme 2012 sobre la implantación de las TIC en la pyme española’, donde se recoge que este colectivo está incrementando -aunque sea en valores apenas perceptibles- la inversión tecnológica. Puede sorprender este hecho, sobre todo si tenemos en cuenta las dificultades de financiación que tiene en este país la pequeña y mediana empresa y la lacra a la que se ve sometida derivada de la situación actual del país. En el informe se siguen citando a las TIC como claves para que las organizaciones alcancen mayor protagonismo dentro del escenario económico, aludiendo a las necesidades de formación, a las ventajas que ofrecen plataformas como el cloud o al estímulo que debe aportar la Administración. La fotografía que muestra el estudio quizás no tiene en cuenta otro indicador que preocupa sobremanera a la pyme: como es que el 15% de las empresas españolas cierren cada año -la mayor parte pymes, obviamente-, ya que las de más de 500 empleados tienen otros argumentos más ‘consistentes’ para evitar su caída. Pero también se pueden aportar más datos, como la disminución de casi un 6% del número de empleados en las pymes durante 2012 o que durante el periodo 2008-2013 ha habido una reducción del empleo generado por las pequeñas empresas del 30%. Los mensajes que lanzan al mercado los diferentes análisis de investigación que se elaboran desde los órganos de Gobierno no interpretan la demanda de las entidades de menor tamaño; la preocupación es poner un titular que destaque el incremento de la inversión TI en la empresa española, algo a todas luces lejos de la realidad. Se subraya la ‘gran aceptación’ de los smartphones, tablets y otros dispositivos personales en la pyme, su mayor apuesta por el mundo online, ya sea en el desarrollo de páginas Web o en acciones de e-commerce… el caso es que estas acciones, sin que deban desmerecerse ni dejar de apoyarse, son secundarias hoy en día cuando la prioridad está en mantener el empleo, la productividad y la rentabilidad; en definitiva, la viabilidad empresarial. La pyme es un colectivo abandonado al que se le pide invertir en Tecnologías de la Información cuando su problema es subsistir, y parece ser que ni el goteo de desempleados que experimenta ni su supervivencia son el reto de los dirigentes, más pendientes de edulcorar unas TIC descafeinadas.






