Vodafone ha levantado el telón en España de los servicios conocidos como “push to talk” (pulsa y habla), que permiten establecer la comunicación entre grupos cerrados de usuarios desde un dispositivo móvil pulsando únicamente un botón del terminal.
El nuevo servicio ha sido lanzado exclusivamente para el segmento corporativo mediante una tarifa plana de 15 euros al mes con un límite de 10.000 contactos, siempre y cuando sean usuarios del servicio ofrecido por Vodafone. La comunicación se produce de forma automática con todos aquellos usuarios previamente incluidos en un listado de contactos interrelacionados.
Considerado como una evolución de las tecnologías walkie-talkie y trunking integradas en la telefonía móvil, el servicio está orientado a empresas que han recurrido a estos sistemas, entre las que destacan las pertenecientes a transporte y logística, flotas de vehículos, grandes superficies industriales, seguridad, parques temáticos, constructoras o mensajería.
El servicio está pensado para el segmento empresarial debido a las facilidades que aporta a la hora de comunicarse en movilidad, a la vez que actúa como herramienta de control y coordinación de equipos.
“Pulsa y habla”, que dispone de cobertura GSM/GPRS/3G, ofrece además control de presencia de todos los contactos en cualquier momento y lugar ya que el terminal incluye un icono que permite saber si el usuario con el que se desea contactar se encuentra activo, y funcionalidades de comunicación no sólo de un usuario a otro, sino también en sistema “Half Duplex”, donde uno habla y los demás escuchan.
La solución, que ya había sido lanzada por otras filiales de Vodafone, se apoya en la tecnología cliente/servidor que transforma la voz en paquetes IP- de Motorola, proveedor que también aporta los terminales sobre los que, por el momento, Vodafone comercializa el servicio: Motorola L2, L7 y V360.
Una de las empresas que está desarrollando un proyecto piloto en esta tecnología de la mano de Vodafone es Bankinter, que pretende, mediante reconocimiento de voz, que un ordenador responda a preguntas específicas (cotizaciones bursátiles, movimientos en la cuenta corriente) de los usuarios.
