ElÍndice de la Economía y la Sociedad Digitales de la Comisión Europea, publicado el pasado mes de noviembre, ofrece nuevos datos sobre los avances de la computación en la nube durante el primer año de la pandemia, gracias a que las grandes empresas han realizado importantes progresos en la implantación de proyectos digitales. Pero el panorama es diferente cuando se trata de la digitalización pura de la empresa. Las tecnologías digitales avanzadas -más allá del uso de aplicaciones basadas en la nube en ofimática, ERP o RRHH- no ocupan un lugar destacado en la agenda.
Todavía se está muy lejos de conseguir que el objetivo de que en 2030 el 75% de la tecnología utilizada sea digital. Para ser claros, una de las cuatro áreas clave del Índice de la Economía y la Sociedad Digitales indica que se han hecho progresos significativos en la expansión de la infraestructura para la conectividad de banda ancha, pero los resultados generales muestran que actualmente existe una brecha entre las oportunidades que ya ofrece la digitalización y cómo las empresas las están utilizando como parte de su estrategia.
No es el momento de frenar el ritmo de la digitalización
Para los directivos, revisar y ejecutar su estrategia de digitalización debe ser una prioridad absoluta. Los objetivos deben ajustarse para seguir el ritmo de las condiciones del mercado y las nuevas oportunidades tecnológicas. La necesidad de seguir siendo competitivos en un mundo con un creciente número de participantes digitales, debería ser suficiente para motivar a las empresas a acelerar su propia agenda digital. La nube es algo más que un trampolín para que las empresas de nueva creación presenten sus ofertas digitales: también permite a las empresas establecidas optimizar los procesos de producción y los servicios tradicionales.
El Internet Industrial de las Cosas (IIoT), la computación edge y el estándar inalámbrico 5G, también están abriendo todo un abanico de nuevas posibilidades. A menudo, los departamentos de TI no aprecian del todo estos avances tecnológicos, y en muchas empresas aún no han conseguido interesar a la gerencia para inspirar la puesta en marcha de una nueva estrategia de digitalización.
Este es nuestra propuesta de plan de cinco puntos para acelerar su transformación digital:
- Lleve a cabo una evaluación de su empresa para desarrollar su propia historia digital
El primer paso es identificar las oportunidades digitales que su empresa puede aprovechar. La mayor presión sobre los márgenes, causada en parte por la pandemia, está impulsando el cambio. Pregúntese cómo puede impulsar la agilidad o automatizar los procesos para eliminar los costes de los productos o servicios.
El objetivo es desarrollar su propia historia digital a partir de una evaluación completa del negocio. La digitalización de los procesos integrales debe ser el objetivo primordial. La automatización de los procesos y la implantación de interfaces digitales con los clientes son el primer paso hacia la optimización de los procesos y la mejora de la productividad.
- Convertir las TI en un facilitador de la actividad
El departamento de TI se enfrenta al reto de transformarse de una función administrativa interna a una función empresarial de primer orden, y es importante que se reconozca como tal, para que el objetivo del CIO sea acceder al consejo de administración. La digitalización debe hacer de las TI un punto central. Los departamentos de TI que no realizan este cambio suelen encontrarse trabajando junto a un segundo equipo de TI dirigido por un CTO o CDO. Este modelo organizativo puede funcionar durante un tiempo, pero ha demostrado ser ineficaz y a menudo una fuente de tensiones en la práctica.
El objetivo de las TI es ser un facilitador que permita la optimización, la automatización y la innovación.
- Vincular los objetivos empresariales a la estrategia de digitalización
Para obtener más presupuesto, los CIO deben tener el valor de definir KPI claros que muestren cómo su estrategia de digitalización apoya, de forma medible, los objetivos empresariales de la dirección. Un vínculo claro entre la estrategia de digitalización, la estrategia informática y los objetivos de la empresa es la base del éxito. La migración a la nube no es el objetivo en sí mismo; es simplemente uno de los vehículos utilizados para optimizar el modelo de negocio de la empresa.
Entonces, ¿de qué otra manera pueden las TI apoyar la consecución de los objetivos empresariales utilizando tecnologías modernas como el 5G y la computación en el borde, el análisis de big data, la inteligencia artificial y la realidad virtual? Los datos que recoge una empresa deben analizarse de forma inteligente y utilizarse como punto de partida para la optimización de los procesos. Las empresas tienen un enorme tesoro de datos que aún no han explotado. Estos datos son tan valiosos como el oro, por lo que es imprescindible desenterrar, pulir y procesar estas pepitas.
El 5G y la computación en el borde son solo dos ejemplos de cómo las aplicaciones pueden aproximarse al usuario, ya sea en la logística, la automoción o la fabricación misma. Estas innovaciones tecnológicas pueden utilizarse para desarrollar modelos de negocio totalmente nuevos que deben estar integrados en la estrategia de la empresa.
- Hacer de la dirección el agente del cambio
El apoyo de la dirección es crucial a la hora de aplicar una estrategia de digitalización. La dirección debe explicar a todo el personal la visión en la que se basa la transformación. Si todos los empleados participan en el proceso de cambio desde el principio, se puede reducir la resistencia y contrarrestar los temores a la posible pérdida de empleo que son consustanciales a cualquier proceso de cambio.
Con una comunicación bien orientada -que empiece en la cúspide de la organización y se transmita en cascada a todos los niveles- podrá introducir y gestionar el cambio en todas las fases de la implantación. La comunicación es un catalizador de la digitalización y evita que el proceso se estanque por falta de entendimiento.
- Proteger los activos digitales es una responsabilidad de la dirección
La infraestructura tradicional de ciberseguridad basada en redes y seguridad perimetral, no permite obtener niveles adecuados de protección para los procesos empresariales digitales distribuidos. Actualmente, hay mucho más en juego que simplemente impedir el acceso a servidores y aplicaciones desde Internet. Con los modelos híbridos que alejan a los empleados de la sede de la empresa y las aplicaciones que se trasladan a la nube, ya no tiene sentido una arquitectura de red de tipo estrella. El concepto de confianza cero, una solución de seguridad integral basada en políticas para los procesos empresariales digitalizados y los flujos de datos, por otro lado, parece ser la forma de proteger a toda la empresa, independientemente de su organización y nivel de madurez de digitalización.
Por tanto, el consejo de administración y el departamento de tecnologías de la información deben fijarse el doble objetivo de mejorar la comunicación dentro de los propios equipos para reducir la resistencia al cambio y hacer posibles los proyectos de digitalización. Además, deben garantizar que las vías de comunicación de todos los activos digitales se reduzcan y se exploten de forma invisible en la medida de lo posible. Después de todo, no puedes atacar lo que no puedes ver. Como su nombre indica, un enfoque de confianza cero significa que ningún usuario, dispositivo o aplicación -incluidos sus propios empleados, aplicaciones y dispositivos IoT, así como otros componentes o personas en redes internas o externas- se considera seguro de forma automática.