OPINIÓN

El nuevo horizonte tecnológico: una oportunidad única



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Uno de los pilares de esta transformación es, sin duda, el cloud computing, ya conocido por casi todos y que permite almacenar datos de manera más segura y eficiente y facilitar el acceso a tecnologías avanzadas

Publicado el 17 jun 2025

Adolfo Román

Director en Altia



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La tecnología está transformando el mundo en los últimos años a un ritmo sin precedentes, y las oportunidades que esta evolución ofrece son tan vastas como complejas. Hoy, vivimos un momento crucial, donde el conocimiento y la implementación de tecnologías emergentes pueden definir el éxito o el estancamiento de sectores clave. En España, iniciativas como el Plan de Digitalización de las Administraciones Públicas 2021-2025, y la Agenda España Digital 2026, destacan cómo las administraciones buscan aprovechar las herramientas digitales para mejorar la eficiencia y la transparencia en la gestión pública. Pero estas medidas no sólo son fundamentales para el sector público; además, están marcando el camino para que las empresas privadas y otros actores se sumen a esta auténtica revolución.

Uno de los pilares de esta transformación es, sin duda, el cloud computing, ya conocido por casi todos y que permite almacenar datos de manera más segura y eficiente y facilitar el acceso a tecnologías avanzadas, como la inteligencia artificial (IA) y el machine learning (ML). Ambas están entre las tecnologías que han experimentado un crecimiento sostenido en los últimos años y que, según proyecciones recientes, seguirán creciendo a tasas significativas. La IA, por ejemplo, se ha convertido en los últimos meses en un auténtico catalizador a la hora de optimizar procesos y, también, abrir puertas a nuevas formas de interactuar con el entorno digital a través de sistemas generativos y predictivos.

Hoy en día, los procesos repetitivos que antes requerían intervención humana pueden ser gestionados mediante herramientas como la Infraestructura como Código (IaC) o la Automatización de Procesos Robóticos (RPA), que agilizan el trabajo, reducen los errores y aumentan la productividad

ADOLFO ROMÁN, ALTIA

Garantizar la resiliencia

Otro campo esencial que está ganando relevancia es la ciberseguridad. Con el aumento de los ataques cibernéticos, proteger la información y garantizar la resiliencia tecnológica se han convertido en preocupaciones centrales. No se trata sólo de prevenir brechas de seguridad; va mucho más allá, como diseñar sistemas que puedan resistir y recuperarse rápidamente ante cualquier amenaza. En este contexto, las compañías que inviertan en sistemas de desarrollo seguro, como el ciclo de vida de desarrollo seguro de software (S-SDLC), tendrán una ventaja competitiva clara al ofrecer productos y servicios en los que los clientes puedan confiar.

La automatización es otro motor clave de la transformación tecnológica. Hoy en día, los procesos repetitivos que antes requerían intervención humana pueden ser gestionados mediante herramientas como la Infraestructura como Código (IaC) o la Automatización de Procesos Robóticos (RPA), que agilizan el trabajo, reducen los errores y aumentan la productividad. Esta capacidad de automatizar flujos de trabajo complejos está impulsando la eficiencia en sectores tan diversos como la manufactura, la logística y los servicios financieros.

Si bien estas tecnologías ya están presentes en la mayoría de las grandes empresas, el desafío radica en su implementación efectiva en organizaciones más pequeñas y sectores menos digitalizados. En este sentido, es clave que tanto los gobiernos como las grandes compañías faciliten el acceso a herramientas tecnológicas y promuevan la colaboración entre entidades para compartir conocimientos y recursos.

Entre las tecnologías emergentes que se espera que tengan un impacto profundo en los próximos años, y de lo que se viene hablando en los últimos tiempos, destacan, y mucho, Internet de las Cosas (IoT) y los gemelos digitales. Estas tecnologías permiten conectar dispositivos y simular entornos reales, lo que hace posible mejorar la toma de decisiones, ayudar a predecir posibles fallos y optimizar recursos. Los gemelos digitales, en particular, están comenzando a aplicarse en sectores como la construcción, la energía y la salud, donde la simulación de entornos complejos puede reducir costes y mejorar la eficiencia.

Otro aspecto esencial en esta era de transformación digital es la descentralización. Tecnologías como el blockchain y la web3 están empezando a cambiar la forma en que concebimos la seguridad y el control de la información. Estos avances permiten una mayor transparencia y trazabilidad en las transacciones, lo que resulta especialmente útil en sectores como la cadena de suministro, donde la confianza en los datos es crítica.

La datificación, o uso de datos para tomar decisiones más informadas, también está impulsando esta revolución tecnológica. Cada día generamos cantidades masivas de datos que, bien gestionados, pueden ser la clave para optimizar desde la producción industrial hasta la experiencia del cliente. En este sentido, la capacidad de las empresas para manejar y analizar grandes volúmenes de datos será fundamental para mantenerse competitivas en el futuro.

Acelerar la adopción tecnológica

España, en particular, tiene una oportunidad única para aprovechar estos avances. Los recursos movilizados a través de los fondos Next Generation EU, enmarcados en la Agenda España Digital 2026, están diseñados para acelerar la adopción de tecnologías clave como la IA, la ciberseguridad y las comunicaciones inalámbricas avanzadas. Estos fondos benefician a las administraciones públicas, pero también están destinados a ayudar a las organizaciones a modernizarse y a adoptar estas tecnologías emergentes, asegurando así su competitividad a nivel global.

Ante esta realidad, lo cierto es que las empresas tecnológicas españolas tienen un papel crucial que desempeñar. Es esencial que inviertan en la formación de su personal, en la evaluación constante de nuevas tecnologías y en la creación de alianzas estratégicas con otros actores del sector. Las oportunidades son muchas, pero también lo son los desafíos. La rapidez con la que se adopten las tecnologías emergentes determinará qué empresas liderarán el futuro y cuáles quedarán rezagadas.

Porque estamos ante una época de cambios profundos en la que la tecnología redefine tanto la forma en que vivimos y trabajamos como el tejido económico y social de los países. Las empresas que sepan aprovechar estas oportunidades estarán mejor posicionadas para enfrentar los desafíos del futuro. La clave está en la capacidad de adaptación, en la inversión en innovación y, sobre todo, en la voluntad de colaborar y aprender de un entorno en constante evolución.

La oportunidad está aquí, y quienes se atrevan a agarrarla con fuerza marcarán la diferencia. Porque el nuevo horizonte tecnológico ya está aquí. Y es una oportunidad única.

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