“Internet está de vuelta”

Carlos Martín, socio-fundador de IG Expansión.

Publicado el 02 Nov 2006

Se puede decir que el e-business tuvo sus 15 minutos de fama a finales del siglo pasado, durante la burbuja de Internet ,cuando, entre 1998 y 2000, con el boom de las puntocom, se invirtieron 55 billones de euros en Estados Unidos procedentes del capital riesgo, ese motor que convierte ideas empresariales en realidad.

En España, en ese mismo periodo, se destinaron alrededor de 100 millones de euros pero, con el estallido de la burbuja, se instaló una larga “sequía” que exilió este capital de los negocios de Internet, escarmentado por una mala experiencia.

Si en el periodo 1998-2000, el 40 por ciento de los fondos totales de capital riesgo se dedicó a Internet, este porcentaje bajó al 24 por ciento en los años 2001 y 2002, dinero que en su casi totalidad fue destinado por los fondos a re-capitalizar sus empresas de Internet ya existentes en un intento desesperado porque las mismas no muriesen precipitadamente.

Durante el periodo 2003-2005, los fondos de capital riesgo invirtieron tan sólo un 13 por ciento del dinero disponible en la industria de Internet.

Han tenido que transcurrir seis años desde la explosión de la burbuja puntocom para ver aparecer un renovado interés. La inversión del capital riesgo en el mundo on line crece y, prueba de ello, son los 1.465 millones de euros acumulados en la primera mitad de 2006 sólo en Estados Unidos, un 48 por ciento más que lo invertido en el mismo periodo del 2005.

Aunque esta cantidad no alcanza los niveles de antaño, la Red estrena una época de fondos duraderos y profesionalizados que no guarda parecido alguno con sus primeros tiempos.

La combinación de un número infinito de start-ups y fondos en busca del éxito del siglo (“get rich quick mentality”) generó un efecto bola de nieve y un posterior estallido, pues la caída de las puntocom tuvo mucho que ver con la sobrefinanciación de planes y modelos de negocio poco viables.

Con la expectativa de multiplicar su inversión de manera inmediata y millonaria, el capital riesgo apostó masivamente por cualquier idea innovadora, sin un criterio fundado al valorar las propuestas.

En manos de equipos directivos inexpertos -gran parte formados por recién licenciados o graduados- el desarrollo o la implantación del plan de negocio resultó un gran fracaso en muchas ocasiones y en el ocaso de la nueva economía y la huida de estos fondos.

Se estima que un 90 por ciento de los negocios emprendidos estuvieron abocados al fracaso y que se perdió un 80 por ciento del dinero invertido durante esa etapa.

¿Hemos aprendido? Eso parece. Tras una intensiva limpieza, se ha adoptado una actitud más realista y analítica a favor de decisiones más inteligentes.

Hoy en día, el capital riesgo está aplicando los mismos parámetros para valorar el sector Internet que para cualquier otro: su capacidad de generar ingresos y EBITDA, principalmente.

Aunque una inversión siempre lleve un elemento de incertidumbre sobre el triunfo del proyecto, es imperativo minimizar la palabra riesgo y, esta vez, no es suficiente con una idea novedosa y prometedora, sino que hace falta un periodo de funcionamiento que muestre el valor de una empresa.

Es importante destacar que aún nos encontramos en la fase inicial de esta renovada apuesta por Internet pero, ya está dando lugar a nuevas tendencias.

Mientras durante la primera vuelta los emprendedores soñaban con convertirse en una macroempresa, hoy se les mira como el departamento de I+D de una multinacional, es decir, compañías en su fase de creación que ya tienen expectativas de venta.

Se estima que un 23 por ciento del capital riesgo para 2007 se destinará a start-ups en esta situación. Además, se advierte una concentración de capital en los sectores basados en la interactividad y alcance propios de Internet como SEM (Search Engine Marketing), convergencia entre Internet y telefonía móvil o redes sociales.

Así, aunque más seria, se puede decir que Internet está de vuelta y, esta vez, ha venido para quedarse.

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Redacción Computing

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