El CEO y el CIO son dos figuras muy relevantes dentro de las organizaciones que, sin embargo, se han movido en esferas separadas cuando no antagónicas. Las TI y el propio lenguaje tecnológico han operado como barrera en vez de ser un facilitador del entendimiento entre ellos. Pero la informática ha madurado y simplificado su mensaje. La expansión de las TI en las instituciones privadas y públicas, el empuje de los dispositivos móviles e Internet de banda ancha han cambiado las reglas de juego y, con ello, los puntos de vista. Ahora el CEO ya mira con otros ojos al responsable de Sistemas, que se encuentra en la necesidad de avanzar hacia un rol de gestión, lo cual lleva aparejada una implicación estratégica para lo que Penteo define como ‘directivo y arquitecto’.
Pero, como constata la consultora, al CIO se le pide conocimiento y exquisitez, que sea el baluarte de la innovación, en suma, que se convierta en un superhéroe con el que llevar a buen puerto cualquier proyecto que pueda surgir desde otros departamentos que normalmente no se encuentran tan fiscalizados. Pero en el capítulo de reconocimiento, se aprecia un serio déficit, pues muchos directivos de Sistemas quedan relegados a un segundo plano y tienen vetada su entrada en los comités de dirección, donde se cuece el devenir corporativo y donde precisamente su voz tendría que tener una mayor resonancia.
El informe ‘Las Tecnologías de la Información en la empresa española’, que elaboran Penteo y Esade, destaca que aquellas compañías en las que el CIO evoluciona a directivas de mayor responsabilidad, obtienen mejores resultados, tanto en crecimiento como en rentabilidad, pues aplican con mayor madurez el gobierno y la gestión TI. Pero muchas otras organizaciones no parecen entender esta premisa, pues el mismo estudio observa un deterioro apreciable de la percepción sobre la evolución que los propios CIO tienen. Sólo el 18% de los encuestados participan de forma continua en los comités de dirección, dos puntos menos que el año anterior. ¿Está perdiendo peso su función? ¿Es algo coyuntural o estructural? ¿La regionalización de las compañías hacen diluir su poder en favor de un responsable regional? Estas y otras cuestiones deberían ser evaluadas por la dirección y asignar al CIO las necesarias atribuciones con el fin de poder adaptar las necesidades de su empresa a los cambios permanentes del mercado.