Diariamente, administraciones y equipos técnicos gestionan grandes volúmenes de información procedente de sensores, drones, imágenes históricas y modelos LIDAR. Al mismo tiempo, deben responder con rapidez a cambios ambientales y urbanos cada vez más complejos. En este contexto, la inteligencia artificial se ha convertido en un apoyo decisivo que no solo acelera tareas exigentes, sino que también acompaña a los profesionales en los procesos cotidianos.
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Una nueva capa de inteligencia en el trabajo diario
La evolución de los modelos de lenguaje y la visión artificial han dado paso a una nueva generación de agentes inteligentes integrados en plataformas como ArcGIS, un completo sistema que permite crear, gestionar, analizar, cartografiar y compartir datos en un contexto geográfico. Estos asistentes funcionan como una capa adicional de apoyo: facilitan la automatización de flujos y resuelven consultas mediante lenguaje natural. Su contribución reside, además de en la velocidad, en simplificar procedimientos que antes requerían un esfuerzo técnico considerable.
Aunque estos asistentes están diseñados para ofrecer una experiencia sencilla y accesible, su funcionamiento no se limita a una orden automática. Son agentes que ya vienen entrenados y validados, lo que permite utilizarlos directamente en los flujos de trabajo sin configuraciones adicionales. Aun así, la lectura final de los resultados sigue requiriendo el criterio de los profesionales, que son quienes interpretan el territorio y trasladan esa información a decisiones concretas.
Cantabria y Segovia: cuando la inteligencia artificial entiende el territorio
El procesamiento del lenguaje natural permite hoy crear mapas temáticos, capas específicas o ajustar elementos visuales con instrucciones directas. Los asistentes interpretan la petición, plantean opciones y ejecutan los pasos necesarios. En el trabajo diario, estos agentes asumen parte de las operaciones de revisión y ajuste que anteriormente requerían más tiempo, lo que permite mantener la calidad del análisis sin frenar el ritmo del trabajo. Además, agilizan actividades como la detección de inconsistencias, la edición masiva de atributos o la revisión rápida de contenidos geográficos.
La combinación entre automatización y revisión cualificada ya está generando resultados significativos en distintas regiones de España. En Cantabria, por ejemplo, equipos reducidos han cartografiado más de medio millón de hectáreas para identificar elementos tan diversos como la afluencia en playas, vehículos en zonas sensibles o vegetación invasora, además de permitir la documentación de crecimientos forestales y otras dinámicas que pasarían desapercibidas sin una lectura sistemática del territorio.
En entornos urbanos, los asistentes van a transformar la gestión urbana y la interacción con los ciudadanos. En Segovia, el gemelo digital ya integra datos catastrales, energéticos y ambientales en un único modelo tridimensional que permite consultas y análisis. En este tipo de proyectos, los asistentes van a facilitar la preparación, el acceso y el procesamiento de la información, ayudando a estructurar las consultas y permitiendo extraer indicadores dentro de un entorno que, por su volumen y complejidad, sería más laborioso de gestionar de forma manual.
Para sostener estos despliegues, muchas administraciones ya recurren a infraestructuras híbridas que combinan datos locales con la capacidad de procesamiento en la nube,
garantizando que los análisis de mayor envergadura puedan ejecutarse de forma continua y sostenible.
Hacia flujos de trabajo más inteligentes gracias a la inteligencia geoespacial impulsada por IA
La evolución tecnológica pone a nuestro alcance herramientas cada vez más completas, pero su verdadero valor surge cuando se integran de forma orgánica en los flujos de trabajo. La inteligencia artificial puede acelerar procesos y revelar patrones que antes quedaban ocultos, pero es la combinación con la experiencia profesional la que convierte esos análisis en decisiones útiles para el territorio. En este nuevo escenario, los asistentes inteligentes actúan como un soporte continuo que permite ampliar la capacidad técnica sin perder el criterio especializado, lo que garantiza la calidad del resultado.
De cara al futuro, será esencial reforzar la capacitación y consolidar marcos de trabajo que guíen la incorporación de estas tecnologías en las administraciones públicas. La adopción de modelos mixtos, donde la automatización convive con la supervisión experta, permitirá afrontar con mayor solidez los retos geoespaciales emergentes. En última instancia, esta convergencia entre herramientas avanzadas y conocimiento del territorio no solo mejorará la eficiencia de los equipos, sino que ofrecerá a la ciudadanía respuestas anticipadas, precisas y sostenibles.







