En septiembre, Miguel González cumplirá nueve años en Appian. Él fue el encargado de fundar las primeras oficinas de la compañía en España en 2016. Ahora la empresa cuenta con dos sedes en nuestro país, una en Madrid y otra en Sevilla, donde cuenta con un centro de excelencia para ingeniería; y con más de 100 personas trabajando para la compañía en España.
El responsable del Sur de Europa, Latam & Middle East de Appian, ha hablado de la evolución del negocio del Grupo, impulsado en parte de por el auge de la automatización y la IA, y de sus ambiciosas metas de crecimiento: «queremos seguir siendo los líderes indiscutibles en el ámbito de la automatización en mercados como España e Italia y conquistar el mundo del software. Yo soy como Julio César», bromea.
¿Por qué eligieron Sevilla para montar allí su centro de excelencia?
Compramos una empresa en Sevilla que se llamaba Novaire. La adquisición se hizo efectiva en enero de 2021. Básicamente, la integramos dentro de Appian. En Sevilla, lo que tenemos ahora es un centro de excelencia para ingeniería, customer success y soporte. Una gran diferencia que tenemos con el resto de fabricantes es que el soporte en español está allí.
Appian ha crecido mucho en los últimos tres años. ¿Cree que este crecimiento está ligado a la explosión de la automatización y la inteligencia artificial?
Obviamente, el auge de la IA ha influido en nuestro crecimiento. Siempre que hay una disrupción TIC, pasamos por distintos momentos de la ola tecnológica. Con la IA y la automatización, se intuye que estamos en una fase de crecimiento importante en el sector TI, y Appian, evidentemente, se beneficia de este crecimiento.
Appian está creciendo a doble dígito todos los años en España, y en Latinoamérica, incluso, hemos llegado a crecer a triple dígito. Hemos hecho 25 nuevas referencias en Administraciones Públicas en tres años, lo cual es un hito absolutamente histórico. La referencia permite que distintas aplicaciones se comuniquen entre sí y compartan información de manera eficiente y segura.
Appian está creciendo a doble dígito todos los años en España, y en Latinoamérica, incluso, hemos llegado a crecer a triple dígito
Estamos prácticamente en casi todas las entidades públicas españolas, incluyendo clientes clave como la Seguridad Social, el Ministerio de Defensa y ADIF que, aunque tienen un ciclo de venta más lento, tienen las mismas necesidades que las empresas privadas. Esto está motivado por la automatización, hiperautomatización, low-code y procesos de negocio. Somos 100% innovación; nuestra cuenta de resultados se orienta a una reinversión de todo el flujo de capital hacia el producto y la mejora de nuestras capacidades.
¿Cuál es el perfil de vuestro cliente objetivo?
Nuestro cliente objetivo es cualquier compañía que necesite automatizar procesos de negocio. Vendemos a las compañías del Ibex, donde tenemos un 80% de presencia, pero también a empresas de tamaño mediano. Tenemos un banco en Andorra de 500 empleados que hace toda la automatización de procesos con nosotros. No estamos tan orientados a las pymes más pequeñas, pero el longtail en España de empresas entre 500 y 2.000 empleados es muy grande y con un volumen de negocio equiparable a las grandes. Por poner algunos ejemplo, entre nuestros principales clientes están Banco Santander, Telefónica y British Petróleo.
Con respecto a la IA, Gartner habla de que este año se podríamos vivir lo que llama «la curva de la desilusión». ¿Está de acuerdo con esto?
No, no creo que con la IA vayamos a seguir ese camino. El nivel de adopción de la IA es altísimo, rompiendo todos los parámetros conocidos en la tecnología. Consideramos que Internet, la radio o los teléfonos móviles pegaron un pelotazo en su momento, y aún así no han crecido de manera tan exponencial como lo ha hecho la IA. Esto ya es imparable, sólo hay que saber gestionarlo adecuadamente.
Somos 100% innovación; nuestra cuenta de resultados se orienta a una reinversión de todo el flujo de capital hacia el producto y la mejora de nuestras capacidades
Aquí el mayor obstáculo es que los casos de uso no están completamente analizados, porque se ha definido en muy poco tiempo. Ahora viene una época de analizar los casos de uso con una medición del ROI, una definición de los objetivos y una reingeniería de los sistemas actuales y legados. Es verdad que existe prisa por parte de las empresas de no perder el tren de la IA, pero a veces no se tienen casos de uso con una rentabilidad clara o de los que se pueda hacer una aplicación masiva.
Las compañías cuyo consejo de administración integre a la persona responsable de IA y está presente unas prioridades estratégicas, encontrarán buenos casos y lo plantearán bien. Si la IA depende meramente de un área concreta o no tiene suficiente presupuesto y alineamiento estratégico, no conseguirán los retos.
¿Y cómo se posiciona Appian en este escenario de la IA?
Nosotros estamos en el mundo de la IA, pero de una manera distinta. Lo que hacemos es habilitar la IA dentro de una aplicación y dentro de un proceso de negocio. De esta manera, en Appian proveemos de una capa de datos unificada con nuestros componentes de Data Fabric extrayendo la información de todas las fuentes de datos de la organización y ayudamos a que estos modelos de IA se puedan conectar y gobernar dentro de las aplicaciones de una manera sencilla.
También desarrollamos lo que llamamos AI skills, que son funcionalidades concretas que se conectan directamente dentro de las aplicaciones para hacer cosas muy básicas, como análisis de una factura, de un incidente de un vehículo o de correos electrónicos. Es importante que todo esté dentro de un contexto de negocio; si solo creamos agentes de IA sin justificación, el proyecto será un fracaso.
¿Qué tipo de casos de uso de IA desarrollan en los clientes con los que trabajáis?
Detectamos muchos casos de uso relacionados con la eficiencia de procesos. Por ejemplo, existen muchos casos para encontrar eficiencias donde no se están consiguiendo los objetivos de negocio, de análisis de documentación, correos electrónicos, y comunicaciones con clientes (customer care); y de automatización de tareas repetitivas en el área de backoffice. También se utiliza mucho la IA en el desarrollo de aplicaciones, donde esta tecnología puede acelerar la creación de apps de forma muy rápida.
El mayor obstáculo de la IA es que los casos de uso no están completamente analizados, porque se ha definido en muy poco tiempo
Y un sector donde la IA está jugando un papel fundamental es en el de la salud. Aquí encontramos casos de uso de prevención, tratamientos y análisis de enfermedades; de grandes motores de cálculo y análisis de información masiva para obtener respuestas complejas. Por ejemplo, en farmacéuticas que generan moléculas para nuevos medicamentos, la IA tiene un paso muy importante.
¿Habéis notado una mayor demanda de tecnología por parte del sector público en los últimos años, o ha crecido equitativamente con el privado?
Sí hemos notado en los últimos años que el sector público demanda más tecnología, más calidad en la tecnología e implementaciones más rápidas. Los profesionales funcionarios a cargo de las direcciones tecnológicas saben muy bien lo que quieren y hacen un gran trabajo.
Respecto a la regulación (DORA, NIS, IA Act), hay opiniones divididas: algunos la ven como impulsora de la tecnología, otros como un freno. ¿Cuál es su punto de vista?
La regulación es necesaria porque la tecnología accede a datos sensibles. Las regulaciones no son demonios, intentan evitar situaciones problemáticas y proteger al ciudadano y a las compañías. El problema es que la regulación va más lenta que la tecnología y las leyes. Es muy difícil hacer un marco genérico que regule algo intangible y que va cambiando constantemente como el software. No es un impulsor ni un detractor, pero sí es cierto que ciertas situaciones pueden impedir la implantación de proyectos por razones obvias. Como fabricante, necesitamos la regulación para que nuestro producto no se utilice de manera indebida.
La regulación va más lenta que la tecnología y las leyes. Es muy difícil hacer un marco genérico que regule algo intangible y que va cambiando constantemente como el software
Para finalizar, ¿cuáles son los objetivos de crecimiento de Appian en España y a nivel global?
Nuestro objetivo es conquistar todos los mercados y seguir siendo los líderes indiscutibles en el ámbito de la automatización en mercados como España e Italia. En Latinoamérica y Oriente Medio estamos en camino. Buscamos un crecimiento a doble dígito, y a triple si se puede. Nosotros hacemos los proyectos bien; lo que vendemos se produce en el tiempo prometido y genera los retornos de inversión que los clientes necesitan.
No tenemos proyectos fallidos en España, no hay casos de clientes que hayan quitado Appian, a diferencia de la competencia. Este es nuestro gran diferencial. ¿Por qué? Porque contamos con unos partners que conocen al dedillo nuestras soluciones, tales como Indra, Inetum, NTT, PwC, Deloitte, IAI, Flow Wolf y Stendo; estad dos últimas dos boutiques muy competitivas de Huelva.
Nuestro producto también es muy potente, seleccionamos muy bien los casos de uso que hacemos y, si surge un problema, todo el equipo trabaja para solucionarlo. Esto reduce la insatisfacción del cliente. Nuestro objetivo es conquistar el mundo del software.










