Las tecnologías cuánticas están empezando a transformar silenciosamente el panorama digital global. Aunque tradicionalmente asociadas al ámbito académico, hoy su impacto comienza a sentirse en sectores clave como la energía, la salud, la automoción, la banca o la industria farmacéutica. Esta revolución se articula en tres grandes áreas: computación, comunicaciones y sensórica cuántica. Cada una avanza a distinto ritmo, pero todas comparten una capacidad disruptiva común: redefinir los límites de lo que la tecnología puede hacer.
En el caso concreto de la computación cuántica, la pregunta ya no es si funcionará, sino cómo aplicarla de forma efectiva en la empresa. Desde LKS Next lo estamos haciendo, colaborando con centros tecnológicos, universidades y empresas para transformar avances científicos en soluciones aplicables y medibles. Y lo hacemos desde una idea clara: la computación cuántica no es solo una tecnología, es un nuevo lenguaje de programación de la realidad.
En apenas un año, los progresos han sido vertiginosos. Ya es posible diseñar algoritmos que, en lugar de ejecutarse sobre chips de silicio, lo hacen manipulando directamente los estados cuánticos de partículas reales. Estos sistemas, llamados “qubits”, pueden operar en múltiples estados a la vez, lo que les permite explorar soluciones en paralelo y ofrecer ventajas reales en simulación, optimización, análisis de datos o inteligencia artificial.
Una nueva generación de talento debe formarse no solo para usar estas herramientas, sino para liderar su desarrollo y aplicabilidad desde aquí, desde nuestro entorno
La buena noticia: el hardware cuántico ya existe, está disponible a través de plataformas cloud y es programable con lenguajes cada vez más accesibles. Existen librerías que abstraen la complejidad física y permiten que profesionales de software desarrollen soluciones sobre sistemas cuánticos sin necesidad de ser físicos teóricos.
Un perfil clave: el científico de datos cuánticos
Y aquí entra en juego un nuevo perfil clave: el científico de datos cuánticos. Un profesional que entiende tanto de modelos de datos como de arquitecturas cuánticas, capaz de integrar IA, simulación avanzada o modelos predictivos en algoritmos que se ejecuten sobre esta nueva infraestructura. No hablamos de ciencia ficción, sino de aplicaciones ya en marcha. Modelado de materiales, nuevos fármacos, gemelos digitales, seguridad, motores de inferencia o sistemas de recomendación están siendo repensados desde la óptica cuántica.
Lejos de ser un nicho exclusivo de físicos o matemáticos, el ecosistema cuántico necesita también ingenieros informáticos que traduzcan modelos complejos a código eficiente; científicos de datos que reconozcan patrones útiles en entornos probabilísticos; y perfiles industriales, mecánicos o químicos que conozcan el terreno físico que se desea simular o mejorar.
La computación cuántica es, además, una tecnología profundamente colaborativa. Existen comunidades open source globales trabajando en algoritmos, frameworks y plataformas compartidas, generando una dinámica de innovación sin precedentes. Este entorno exige profesionales con mentalidad multidisciplinar y visión global.
En LKS Next creemos firmemente que estamos ante un momento bisagra. Una nueva generación de talento debe formarse no solo para usar estas herramientas, sino para liderar su desarrollo y aplicabilidad desde aquí, desde nuestro entorno. Es una responsabilidad y una gran oportunidad. Nuestro compromiso es claro: impulsar la transición tecnológica y formar a quienes marcarán el ritmo del cambio en los próximos años.
Estamos en los inicios de una nueva era computacional. Y el científico de datos cuánticos será uno de sus protagonistas.








